los ingresos de kiko rivera (38 años) por un ictus en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla trae a colación la infinidad de calamidades y excesos que ha tenido a lo largo de su vida el único hijo de Paquirri e Isabel Pantoja (66). Con la excusa de que su madre estuvo meses de gira por Latinoamérica, el DJ le confesó Jesús Calleja (57) en Callejón del planeta durante un viaje a Nepal Empezó a consumir cocaína, marihuana y hachís cuando tenía 17 o 18 años. Sin ninguna vergüenza ha venido a decir que consumía hasta 4 y 5 gramos de cocaína al día.
Este consumo es una barbaridad. Sin embargo, elo que se ha gastado en drogas es anormalmente exagerado. ¡Hasta 8 millones de euros en vicios! Llegan caprichos como una decena de coches, motos de agua, hoteles exclusivos, invitaciones a amigos gorrones, viajes… A los 22 estaba arruinado. Y ella tenía que volver. Independientemente de sus adicciones, despegar no fue difícil ya que, empezando por ganar 2.000 euros por posar en un photocall, consiguió embolsarse 25.000 euros en poco tiempo yendo unas horas a una discoteca.
La mala salud de hierro de Kiko le está haciendo pagar facturas altas, más de las que gastó después del atardecer. En los últimos días se recuperaba de una afección en la garganta que le impedía presentar su último disco, Vudúpero eso es peccata minuto con lo que se viene arrastrando desde hace tiempo. El último revés fue en marzo pasado cuando le diagnosticaron diabetes. No tardó en publicar una foto en sus redes sociales con su nivel de glucosa en sangre de 333mg/dL. Dijo que lo había heredado de su madre y de su tío Bernardo, quien también está bastante enfermo.
Kiko Rivera durante una de sus sesiones en Chipiona.
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Siempre ha sido una persona obesa., no has hecho ejercicio y has comido muy mal, por lo que estos factores han influido en su cuerpo herido. “Todavía lo estoy asimilando y estos son los números en ayunas. Es hora de cuidarse muchachos. Es hora de tomarse la vida de otra manera. Es hora de echarle huevos y, sobre todo, es hora de vivir”. fue el mensaje que escribió en las redes.
Ese diagnóstico definitivo ya se lo estaba dando por adelantado cuando en años anteriores estaba demasiado agotado y tuvo que cancelar distintas apariciones públicas, como un viaje a México. Para poner la guinda final al pastel, en mayo contrajo coronavirus y posteriormente tuvo que quedarse en cama en el hotel donde pasaba las vacaciones con su familia en Punta Cana por una insolación.
A todo este lastre de anomalías hay que añadir la fuertes ataques de gota que sufre desde su adolescencia y que fue el principal motivo de su abandono en 2011 del reality show supervivientes. Su relación con los fanáticos es constante a través de las redes sociales, por lo que cuando no puede más escribe “Estoy harto del dolor de gota. No he podido doblar la rodilla durante un maldito mes. No lo hago”. ya no sé qué diablos hacer y estoy empezando a desesperarme” o “que alguien venga y me corte la maldita pierna”.
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Durante el rodaje de ese la realidad conocimiento un jessica bueno (32), junto a ella, intentaron formar una familia estable tras el nacimiento de su primer hijo, Francisco (10), pero las infidelidades del músico dieron paso a la relación en 2013. Actualmente, es feliz con el ex futbolista y empresario Jota Peleteiro (31). A los pocos meses conoció Irene Rosales (31) a través de un amigo en común. Congeniaron muy bien, ella iba a protagonizar su video musical, se enfadaron, retomaron su amistad y… surgió el amor.
Irene Rosales y Kiko Rivera posando a las puertas de su casa.
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Irene lo ha estado apoyando en todos los bajones de su marido, con quien se casó en octubre de 2016. Ya había nacido su primera hija, Ana (6), y dos años después Carlota (4), que por el momento no son conscientes. de lo que es un ictus. La joven ha tenido que soportar lo indecible. El mal humor de Kiko, sus supuestas infidelidades y su recaída en las drogas. La última fue a finales de 2020 cuando consumía cocaína. También es su pilar en esa lucha de amor-odio que existe entre él y su madre por haberle engañado con las pertenencias de Paquirri que descubrió por casualidad en una de las habitaciones de Cantora y por haberle obligado a firmar unos papeles que le han puesto en jaque. su herencia aparentemente suculenta.
Irene y Kiko estuvieron a punto de separarse por sus adicciones. Pero un ultimátum de su esposa parece haberlo hecho reaccionar para poner mucho más de su parte. Durante su flirteo con las drogas, Kiko ha confesado que se ha sentido abandonada por su madre y que la única vez que le ayudó fue cuando le cedió su casa en El Rocío para intentar desintoxicarse. Pero ella no le preguntó cómo se sintió después. La tonadillera vive en su mundo y allí solo tiene cabida el dinero. Así piensa Kiko.
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