Dietas excluyentes: estos son los riesgos de eliminar el gluten y la lactosa de la dieta sin consultar a un especialista

Forman parte de ese denostado ‘grupo’ de ‘diablos blancos’ de la dieta que llevan el azúcar y la sal. Tanto la leche como la harina han pasado de ser alimentos imprescindibles para una gran mayoría de la población a enemigos públicos número uno.

Tanto es así que, en los últimos años, la gluten y lactosa han visto como una etiqueta de ‘nutrientes no saludables’ que ha empujado a muchas personas a eliminarlas de su dieta bajo su propio riesgo, tal y como se evidencia en el informe ‘Tendencia de exclusión alimentaria en la población española’realizado por Fundación MAPFRE y la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Para llevar a cabo este estudio, pionero en este tema tan en boga, 3.150 encuestas para saber motivacion y objetivo de exclusiones de alimentos; si el cambio en el patrón dietético está justificado por la punto de vista científico y, en su defecto, si se trata de un riesgo para la salud humana.

Pues bien, como puede deducirse de sus resultados, la dieta sin lactosa es el tipo de dieta de exclusión más a menudo por la población española: se estima que una 25% de españoles siguen una dieta sin lactosa y el 64% extiende este hábito a su núcleo familiar. Y todo ello, a pesar de que, en el 61% de los casos, no estaría justificado desde un punto de vista científico.

Algo similar sucede con el gluten: una 8% de los encuestados declara mantener una dieta libre de gluten y el 70% lo extiende a todos los miembros de su familia. Aunque, y aquí viene de nuevo lo preocupante, esta exclusión no habría justificación científica en el 72% de los casos.

Curiosamente, existe la ‘coincidencia’ de que un El 79% de los que confiesan evitar el gluten en su dieta, también excluyen la lactosa y eso 56% de los que adoptan dieta sin lactosa, Hacen lo mismo con el gluten.

En esta investigación de Fundación MAPFRE y la Academia Española de Nutrición y Dietética también se señalan otras dietas de exclusión presentes en los hábitos de los españoles: flexitariano (7%), caracterizado por un bajo consumo de carne, priorizando las blancas y magras; la vegetariano (4%), que excluye la carne y el pescado, pero puede permitir los productos lácteos y los huevos; Finalmente, el vegano (0,8%) que no admite ningún alimento de origen animal.

RAZONES

¿Por qué esta tendencia a eliminar alimentos de la dieta cuando no hay evidencia científica de que sea una decisión acertada para todos? Los autores de la investigación señalan que estas prácticas derivan, principalmente, de una preocupacion creciente para él bienestarautocuidado Salud y el calidad de alimentación.

Cuando se pregunta a los encuestados qué razones les han llevado a excluir ciertos alimentos, nutrientes e ingredientes, hasta un 40% reconoce que ha sido decisión auto prescrita, derivado de una reflexión personal que, en el caso del veganismo, por poner un ejemplo, responde no sólo a cuestiones de salud sino también a convicciones personales y/o un determinado estilo de vida.

En los casos en que esta decisión tenga su origen en un problema de saludEl 32% afirma haber asistido a un medico general o de familia antes de tomarlo, mientras que el 18% afirma haber seguido las instrucciones de un Doctor especialista y el 17%, de un dietista-nutricionista.

los influencia familiar Tampoco es baladí, ya que representa el 17%. Pero quienes parecen tener más peso en este cambio de hábitos alimentarios son los medios de comunicacióncuyo papel es decisivo, según el testimonio del 37% de los encuestados.

En general, como se ha detectado en esta investigación, la preocupación por eliminar de la dieta los alimentos considerados menos beneficiosos para la salud afecta en su mayoría mujeres y población de mediana edadquienes, en general, son más conscientes del cuidado de su alimentación y condición física.

COMIDA NO SALUDABLE

en el informe’Tendencia de exclusión alimentaria en la población española’también se destaca que los alimentos, nutrientes e ingredientes percibidos como ‘menos saludables son, al mismo tiempo, los la mayoría total o parcialmente excluida, tanto por las personas encuestadas como por su entorno familiar:

¿Cuáles son esos alimentos? Básicamente aceite de palma, grasas hidrogenadas o trans (88%); aditivos (77%); bebidas azucaradas (75%); bebidas azucaradas (72%); bebidas alcohólicas (63%); galletas, bollería y dulces (61%), etc.

Asimismo, cuanto menos llamativo es el caso de la adiciones que, a pesar de ser ingredientes autorizados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), son rigurosamente analizado y que muchos de ellos sirven para mejorar la seguridad alimentariason percibidos como “malos” y evitado por siete de cada 10 personas.

Un hecho que, según los autores del informe, pone de manifiesto la necesidad de realizar un trabajo de educación alimentaria de la población explicar el papel que juegan los aditivos en la Conservación de los alimentosasí como informar de forma transparente sobre sus nivel de seguridad.

CONSECUENCIAS PARA LA SALUD

“Tienes que recordar que en caso de sospecha de enfermedad o síntoma o ante cualquier duda de que un alimento nos puede estar haciendo sentir mal, se debe irmédico, que realizará tanto una valoración clínica como las pruebas complementarias necesarias para establecer el diagnóstico adecuado y si se requiere un tratamiento dietético individualizado, contactar con un dietista-nutricionista o un especialista en endocrino y nutrición”, recomienda el Dr. Giuseppe Russolillo, presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Los autores de este estudio enfatizan que las personas sanas necesitan un dieta balanceada que contiene el nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo y prevenir enfermedades asociadas a los hábitos alimentarios.

Por lo tanto, los las exclusiones dietéticas deben decidirse e implementarse bajo la supervisión de un profesional de la saludya que pueden conducir riesgos de salud como:

  • Dieta vegetariana y vegana: la deficiencia de vitamina B12 podría causar problemas leves o moderados, como cansancio, debilidad o mala memoria, o provocar problemas más graves, como anemia megaloblástica, problemas neurológicos, depresión o demencia. Por lo tanto, quienes lo practican deben suplementarse con vitamina B.12 y recibir un adecuado asesoramiento dietético nutricional para evitar otras carencias.
  • Dieta sin gluten o baja en gluten: realizarla sin un adecuado diagnóstico y seguimiento diagnóstico, podría conducir a una menor consumo de fibra, vitaminas D, B12 y folato, así como hierro, zinc, magnesio y calcioy un mayor consumo de grasas saturadas y parcialmente hidrogenadas.
  • Dieta sin lactosa: seguirlo sin un diagnóstico de intolerancia total o parcial podría aumentar el riesgo de ingesta inadecuada de calcioimpactando negativamente en la salud general y, en particular, en la salud ósea (aumento del riesgo de osteoporosis a medio plazo y de fracturas óseas a largo plazo).

A los posibles riesgos para el mantenimiento de la salud óptima de la población, los especialistas añaden otro aspecto a tener en cuenta: la elevado coste económico que puede suponer seguir dietas de exclusión de forma no plenamente justificada.

“Cuidar la salud y tratar de modificar aspectos relacionados con el estilo de vida, como la alimentación, es un aspecto positivopero si dicho cambio está motivado por la sospecha de padecer alguna enfermedad, alergia o intolerancia a algún alimento, el diagnóstico siempre debe ser realizado por un médico. No se deben realizar dietas de eliminación o exclusión de nutrientes. como una dieta sin gluten o sin lactosa, basada en el autodiagnóstico y sin el correcto asesoramiento y seguimiento”concluye la Dra. Eva Arranz, doctora de Fundación MAPFRE. Más claro, agua.

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