Los antibióticos Son medicamentos que se utilizan para la eliminación o con el objetivo de detener la multiplicación de bacterias. Estos salvan millones de vidas, pero debido al uso excesivo o inadecuado y al desarrollo por parte de las bacterias de una mayor capacidad de supervivencia o multiplicación, la humanidad se enfrenta ahora al problema de resistencia antimicrobiana.
Un problema de salud pública mundial ya que, como lo expresaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) “la Resistencia antibiótica se propaga a las bacterias a través de las personas, los animales y el medio ambiente”. Razón por la cual el concepto “Una Salud” se erige como primordial a la hora de seguir garantizando la eficacia de los antibióticos.
Mejorar el uso de antibióticos, e incluso reducir el uso innecesario, puede ayudar a detener la propagación de esta resistencia. En el camino que recorremos para alcanzar esta meta, el Seguridad alimenticia juega un papel fundamental ya que si el bacterias que causan intoxicación alimentaria son resistentes a los antibióticos, es posible que algunos de estos medicamentos ya no sean efectivos para tratar ciertas enfermedades. Un horizonte nefasto que se traduciría en una mayor mortalidad, sobre todo en los países con menos recursos, mayores costes económicos y un aumento de los efectos secundarios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 600 millones de personas en todo el mundo enferman cada año de consumo de alimentos contaminados. Esto quiere decir que estamos ante un problema que afecta anualmente a uno de cada 10 habitantes del planeta y, lo que es aún más preocupante: causa más de 420.000 muertes. Los niños menores de cinco años son los que soportan la mayor carga atribuible a la Enfermedades transmitidas a través de los alimentos.con alrededor de 125.000 muertes en este grupo de edad cada año.
Las enfermedades transmitidas por los alimentos son causadas por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas que ingresan a nuestro cuerpo a través de alimentos o agua contaminados. Dentro del grupo de las bacterias, la OMS destaca como los patógenos alimentarios más comunes, afectando a millones de personas cada año, Salmonela, Campylobacter y Escherichia coli enterohemorrágico. También cita otros como la infección provocada por Listeria o por Vibrio cholerae.
La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor de 600 millones de personas en todo el mundo enferman cada año por el consumo de alimentos contaminados.
El pasado mes de abril, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) y la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) alertado Que el campilobacteriosis (provocada por bacterias del género Campylobacter) fue la zoonosis más notificada en la Unión Europea en 2020, siendo también la Enfermedades transmitidas por alimentos reportadas con más frecuencia. Ambas organizaciones advirtieron que la bacteria Campylobactertanto en humanos como en aves de corralcontinúa mostrando una resistencia muy alta a la ciprofloxacina (un grupo de antibióticos fluoroquinola), comúnmente utilizada para tratar algunas infecciones causadas por bacterias.
En el caso de Salmonella enteritidisel tipo más común de Salmonela En humanos, se han informado tendencias crecientes de resistencia a los antibióticos del grupo de las quinolonas o las fluoroquinolonas. En el caso de los animales, la resistencia de Campylobacter jejuni y Salmonella enteritidis a estos antibióticos fue generalmente de moderada a alta.
“Los antimicrobianos, como los antibióticos, son esenciales para tratar infecciones causadas por bacterias. Sin embargo, su uso excesivo o erróneo en medicina veterinaria y humana se ha relacionado con la aparición y propagación de bacterias resistentesque hacen los tratamientos de enfermedades infecciosas en animales y humanos dejan de ser efectivos”, advierte la OMS.
Las industrias agrícola, piscícola y alimentaria utilizan sistemáticamente antibióticos en animales destinados al consumo que no están enfermos con el objetivo de estimular su crecimiento y prevenir enfermedades
“Los animales, al igual que las personas, llevan bacterias en sus intestinos. los bacterias resistentes a los antibióticos que está en los intestinos de los animales puede llegar a los alimentos de varias maneras”, explica el CDC, citando, por ejemplo, el contaminación de la carne y los productos cárnicos cuando se sacrifican los animalesa través de excrementos o contaminación de frutas/verduras por contacto con tierra, agua o fertilizantes que contengan excrementos de animales contaminados.
La OMS lleva años llamando uso responsable de antibióticos en el ámbito veterinarioespecialmente en animales sanos. Las industrias agrícola, piscícola y alimentaria utilizan sistemáticamente antibióticos en animales destinados al consumo que no están enfermos con el objetivo de estimular su crecimiento y prevenir enfermedades. “‘La evidencia científica muestra que el uso excesivo de antibióticos en animales puede contribuir a la aparición de resistencias a estos fármacos”, declaró el Dr. kazuaki miyagishimadirector del Departamento de Seguridad Alimentaria y Zoonosis de la OMS.
La noticia positiva es que en los últimos años cada vez más países están tomando medidas para reducir el uso de antibióticos en los animales destinados a la producción de alimentos. En 2006, la Unión Europea prohibió el uso de antibióticos para estimular el crecimiento y señaló recientemente la resistencia a los antibióticos como uno de los grandes riesgos para el viejo continente.
los reporte publicado el pasado mes de febrero por la EFSA sobre la residuos de medicamentos veterinarios en los alimentos reveló las tasas de cumplimiento más altas en una década. En el caso de España la Plan Nacional contra la Resistencia a los Antibióticos 2022-2024” (PRAN)ha conseguido entre 2014 y 2020 que el consumo humano de antibióticos haya disminuido un 32,4%, mientras que las ventas de antibióticos destinados a uso veterinario han disminuido un 57% en este periodo.
los falta de antibióticos efectivos ya se posiciona como una grave amenaza para la salud pública, especialmente en ausencia de innovación. “Es una amenaza a la seguridad tan grave como la que representa un brote repentino y letal de una enfermedad”, declaró el director general de la OMS en 2017, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
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