España almacena antes del ‘invierno gasista’




Tres semanas antes del inicio de la temporada de calefacción, España continúa pertrechándose para afrontar un invierno en el que la amenaza de restricciones al consumo de gas. Las importaciones han aumentado más de un 12% en lo que va de añoalcanzando el volumen más alto desde 2008, por encima de los 336.000 gigavatios-hora, mientras las reservas -tanto de gas natural como de gas licuado- superarán ampliamente el 90% de la capacidad disponible a lo largo del mes de octubre.

los guerra en ucrania y el conflicto abierto con Rusiala principal proveedor europeo hasta el año pasadohan despedido a incertidumbre de suministro y, como la hormiga de la fábula, todos los países europeos acumulan gas estos días para pasar el invierno. En esa carrera contrarreloj, El sistema gasista español, que cuenta con la mayor capacidad de regasificación del continente, ha optado por orientar las compras hacia el gas licuadoque se puede traer por barco desde cualquier parte del mundo.

España apenas produce gas: los yacimientos naturales y el biogás cubren solo el 0,1% de la demanda. Casi todo el gas consumido tiene que venir de fuera del país.

La forma más fácil es tuberías: España está conectada por metro con Francia, Portugal y Argelia. Este país era, hasta el año pasado, el principal proveedor español.

los Medgazque conecta los campos argelinos de Hassi R’Mel con Almería, aportó el 37% del gas consumido en España en 2021. Este año, sin embargo, no llega al 23%.

La segunda vía de suministro es el gas licuado, que se importa por vía marítima. España tiene seis plantas de regasificaciónla mayor capacidad de Europa.

Este año, las importaciones de gas licuado representan más del 70% del suministro español. Y Estados Unidos ya es el primer proveedor de España, por delante de Argelia

Para reforzar la oferta, España cuenta con cuatro almacenamiento subterráneo de gas natural, que cubriría la demanda durante alrededor de un mes.

Las plantas de regasificación también tienen tanques de almacenamiento de gas licuadoaunque su capacidad, en cuanto a energía, es algo menor.

“Las infraestructuras de suministro de gas son, en principio, suficientes para mantener el caudal”, apunta Jose María Yusta, especialista en mercados energéticos de la Universidad de Zaragozaquien cree que “por el lado de la oferta, tenemos los deberes hechos para afrontar el invierno, aunque después dependerá de lo crudo que sea el invierno y de cómo se mantengan los flujos de gas licuado a nivel internacional”.

y es que El suministro actual de España descansa claramente en el gas licuado: Importaciones españolas de este tipo de gas han crecido un 60,6% en lo que va de año, hasta los 241.000 GWh, lo que representa casi las tres cuartas partes del total, cuando el año pasado eran poco más de la mitad. Al mismo tiempo, Las importaciones de gas natural por gasoductos se han reducido un 36%con algo más de 95.000 GWh, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES) y Enagás.

Cambio de proveedores: Estados Unidos supera a Argelia

Esta tendencia también ha modificado la estructura de proveedores, de modo que Estados Unidos se ha convertido en el principal proveedor de gas de España: acapara más del 30% de las comprasarriba Argelia, que aporta poco menos del 25% entre lo que llega por gasoducto y lo que se envía licuado con metaneros. Nigeria, Francia y Rusia -al que España le sigue comprando el 11,3% del gas que importa- completan el grueso de la oferta, más del 85% del total. El resto proviene de otra docena de países, desde Qatar hasta Trinidad y Tobago.

“España no ha dejado de importar gas licuado de Rusia pese a los intentos de diversificación; la dependencia sigue”, lamenta Ana Maria Jaller Makarewicz, analista del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA, por sus siglas en inglés), quien también señala la relevancia de la conexión del gasoducto con Argelia: “Dependiendo del gas licuado puede ser un problema, porque los precios son más caros, entonces es importante mantener las importaciones tanto como sea posible”. posible desde Argelia”.

En este sentido, La empresa argelina de hidrocarburos Sonatrach firmó la semana pasada la renovación hasta 2031 del contrato de venta de gas a través de Medgaz con su socio español, Naturgy. El acuerdo prevé una previsible revisión al alza del precio -aunque no se han hecho públicos los importes-, pero supone una impulso significativo a la estabilidad del suministroa pesar de Choque diplomático con Argelia por el cambio de posición del Gobierno español respecto al Sáhara Occidental, que lo alinea con Marruecos.

Almacenes casi llenos

A corto plazo, España -que también reexporta parte de lo que compra a otros países europeos– afronta el invierno con los depósitos de gas prácticamente llenos. los cuatro naves subterráneas, que constituyen la principal reserva estratégica, se encuentran al 91,7% capacidad y se espera que se acerque al 95% antes de finales de octubre. Y los tanques de gas licuado están al 73,3%pero la previsión es que lleguen al 91% en lo que resta de mesde acuerdo a avanza la agencia especializada Montel.

España, en cualquier caso, no destaca por su capacidad de almacenamiento de gas, como explica José María Yusta: “Los países centroeuropeos, en particular Austria o Alemania, tienen más capacidad de almacenamiento subterráneo que España, que depende más de mantener el flujo tanto desde Argelia y los metaneros, pero la situación en España es mejor porque tiene rutas alternativas”.

En los últimos inviernos, las reservas cubrieron el consumo mensual de todo el sistema español, salvo algunos meses de enero y febreroporque había un suministro constante de gas. Este invierno, en cambio, ese caudal ya no está aseguradoy no solo por la amenaza de un apagón ruso: cualquier incidente técnico en los países productores o en la red de distribución puede afectar a un mercado muy estresado, con muchos países buscando gas para asegurar el suministro.

Las temperaturas marcarán el camino

En este sentido, los expertos consultados por DatosRTVE coinciden en que serán las temperaturas las que marquen la pauta, ya que un invierno más frío aumentará la demanda de gas y hará subir los precios. “Todo depende de cómo transcurra el invierno, aunque al final hay muchos factores que escalan y no se puede descartar un efecto cascada si un país tiene problemas. Estamos viviendo tiempos que nadie hubiera imaginado”, dice Ana María. Jaller Makarewicz.

Yusta señala que, aunque las temperaturas más bajas se registran en enero y febrero, “la peor situación posible sería una ola de frío a finales de invierno, en concreto en el mes de marzo, porque los almacenamientos subterráneos están más vacíos y porque la capacidad técnica para extraer gas de estos almacenamientos más vacíos es menor. Así que hay menos recursos”.

El escenario que se dibuja es, en definitiva, de enorme incertidumbre y así lo está reflejando la precios de la gasolina. Aunque los almacenes de la mayoría de los países europeos están llenos, los contratos de futuros, para entrega en los próximos meses, se mantienen a precios relativamente alto, por encima de 150 euros por MWh, cuando en octubre del año pasado oscilaban entre 40 y 50 euros por MWh. Y que el precio ha bajado -en agosto rozaba los 350 euros-, pero los agentes mantienen la desconfianza, el temor de que cualquier evento rompa una cuerda que está muy tensa.

Y muchos de ellos empiezan a mirar más allá, hacia el verano de 2023, cuando habrá que rellenar los almacenes para el próximo invierno. Estafa el NordStream -principal gasoducto que une Rusia con Europa- ya cerrado Y si la economía de China, ahora algo apagada, cobra impulso y vuelve a demandar gasolina como se esperaba, la competencia puede ser aún más feroz. Por ahora, España espera pasar el invierno sin más sobresaltos que sumar un poco más de inflación por el gas.

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*