familias recurren a la ingeniería financiera para combatir la inflación | Economía

El Ministerio de la Seguridad Social ha lanzado una campaña para promover la Ingreso Mínimo Vital (IMV): un autobús donde los ciudadanos pueden informarse sobre cómo presentar su solicitud. El miércoles pasado, en su parada en Alcalá de Henares (Madrid), Raquel Moreno (45 años) esperaba en la fila. Está desempleada, su marido gana unos 1.200 euros y tienen dos menores a su cargo. “No es suficiente. Con esta subida de precios no llegamos”, explica. Acaba de pedir un minicrédito de 300 euros para pagar unas facturas pendientes. “Tengo que devolverlo en dos meses, unos 350 euros. Si llego tarde, lo sé por experiencia, se puede multiplicar mucho”, es el caso de Manuel (nombre ficticio), otro alcalaísta de 33 años que pidió un préstamo similar para superar una emergencia familiar: “Yo Pedí 2.500 euros. Entre los intereses y el resto voy a pagar casi el doble. Pero era la única manera que tenía para salir adelante…”.

Al bajar del bus de promoción de IMV, Nataly Acebedo (31 años) y Florina Matei (32) hablan de los malabarismos que se ven obligadas a hacer para equilibrar sus cuentas. “Tengo cambió de compañía eléctrica para intentar pagar menos. Un mes me dieron 400 euros por dos meses. No puede ser”, indica la primera, que ya ha visto crecer su hipoteca, con tipo variable. “Si sigue así, intentaremos cambiar a otro con tarifa fija. La cosa no está como para que suba…”, añade Acebedo. Matei, que lleva a su hijo en brazos, se hace eco del mismo mensaje: “Todo está muy, muy, muy caro”.

Renegociar la hipoteca, cambiar de proveedor de energía, usar tarjetas de crédito, pedir prestamos con interes abusivo… Son pasos diferentes en una misma coreografía económica: la ingeniería financiera a la que están recurriendo las familias para hacer frente a la subida de precios, 9% más que el año pasado. Algunos movimientos son más peligrosos que otros.

Diversos indicadores apuntan a que en los últimos meses, coincidiendo con el embate de la inflación, algunos ciudadanos están recurriendo a más productos financieros. “No es algo global, no hay que sembrar el pánico. Pero cada vez hay más gente que hace estas cosas. Creció en la pandemia entre las personas con más dificultades y se está acentuando con la inflación”, comenta Manuel Pardos, presidente de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas de Ahorros y Seguros (Adicae). En agosto, este colectivo recibió 660 consultas de personas preocupadas por sus deudas, un 20% más que en el mismo mes del año pasado. En septiembre, la cifra creció un 12%.

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan una caída del ahorro sobre la renta disponible, que pasó del 21% en 2021 al 16% este año. Es el peor dato en un segundo trimestre desde 2018. Los datos del Banco de España también apuntan a una muy ligera contracción del endeudamiento de los hogares en el mismo períodopero esta institución también advierte del riesgo que la subida de los tipos de interés supone para las familias que más deben: el cóctel que forma con la inflación podría aumentar el número de hogares muy endeudados (en los que el 40% de los ingresos se destina a deudas ) de 1,2 millones a más de 1,5.

En 2020, de acuerdo a Encuesta Financiera Familiar Según el Banco de España, el 57% de los hogares españoles había contraído algún tipo de deuda, el nivel más alto desde 2002. “Por grupos de hogares, los que tienen problemas de liquidez y los que tienen deudas pendientes suelen presentar perspectivas menos positivas en cuanto a la trayectoria futura de su situación patrimonial”, relata el informe El impacto del repunte de la inflación y la guerra en las perspectivas económicas de los hogares españoles.

estrategias de riesgo

Los escenarios adversos alientan soluciones desesperadas. “Nos preocupa el aumento de los préstamos muy riesgosos en este momento inflacionario. Va a haber más gente que se endeude mucho y se pone rápido, que es una muy mala solución”, comenta Patricia Suárez, presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin). Este grupo realizó un estudio sobre estos productos de riesgo en mayo, cuando recién comenzaba la guerra y la subida desbocada de los precios. “Con una subida de tipos en ciernes, el riesgo de que estos productos aumenten su comercialización en colectivos excluidos de otras vías de financiación es más evidente y, por tanto, un factor a vigilar”, explica el informe, que ha firmado el economista Antonio Luis Gallant.

Cinco meses después, Gallardo cree que sus previsiones se han confirmado: “Por fuentes que tengo en el sector y el seguimiento que hacemos, la demanda de este tipo de crédito se está acelerando”. Según cifras de Asufin, son 46 veces más caras que una tarjeta de crédito y 128 veces más que un préstamo de consumo. de media, uno de estos créditos de 300 euros a devolver en 60 días requiere un interés de 73 euros. “Se aprovechan de la desesperación de la gente sin pedirles solvencia. Son captados sobre todo por internet”, añade Pardos de Adicae.

Gallardo explica que las personas que recurren a este tipo de crédito suelen hacerlo porque han sido “expulsados” de la banca tradicional, una vez que se han endeudado por encima de sus posibilidades. En primer lugar suelen recurrir a los préstamos al consumo, con tipos en torno al 10%. El 29% de los entrevistados en una encuesta elaborada por Asufin en junio estaban dispuestos a solicitarlos, frente al 24% en 2021 y el 14% en 2020 (el peor año de la pandemia). “Este aumento se explica por una doble motivación: a corto plazo, el verano, pero a medio plazo, por una mayor incertidumbre, con subidas de precios que dificultan no sólo el ahorro, sino también llegar a fin de mes”, ha señalado. dijo. leer en el informe.

Otra herramienta financiera común son las tarjetas de crédito y giratorio. Fuentes de las principales entidades bancarias dicen que están viendo un ligero aumento en la actividad de tarjetas de crédito. “El uso abusivo de tarjetas, con intereses del 18% o 20% en el caso de giratorio, está generando muchos problemas”, dice Gallardo. Pardos coincide: “En algunos casos se están utilizando para gastos esenciales. Es una trampa muy peligrosa”. Raquell Ill (45 años, Vilanova i la Geltrú, Barcelona) y Encarna (62 años, Fuenlabrada, Madrid, nombre ficticio) cayeron en ese hueco hace años y les ha costado recuperarse. 21%, El Supremo considera que estas tarjetas son “usura”.

encarna

Me ofrecieron la tarjeta ‘revolving’ en un centro comercial. Estás haciendo compras, estás haciendo pagos… Lo saqué porque mi situación económica no era buena. Cuando quise darme cuenta se había formado una enorme deuda y no pagué nada más que intereses y no había forma de salir de ella. Tuve que pedir dinero a familiares para saldar esa deuda. Cuanto más te demores, más intereses y más deuda. Es la pescadilla que se muerde la cola. Entras en un bucle y no puedes salir. Cuando quieres hacerlo, es demasiado tarde.

Raquel

Desde 2013 hasta marzo de este año llevo pagando 120 euros al mes por una tarjeta ‘revolving’ sin encontrar la manera de bajar la cuota. Cuando fui a una oficina de consumidores a preguntar, descubrí que se llamaba tarjeta ‘revolving’, no sabía qué era eso. Tenía una participación del 24% y un seguro cuya contratación desconocía. lo procesé.

encarna

No sé cuánto he llegado a pagar, una barbaridad. Miles de euros en intereses. A quienes piensen en usarlos, les recomiendo que busquen otras soluciones. Cometí el error y me costó salir. Es un pozo sin fondo.

Raquel

es un engaño Era una deuda que no consideraba mía. Y ahora con como ha subido todo, ¿los intereses encima? es una mala idea

Hipotecas y facturas, en negociación

Otro movimiento financiero habitual, sin el riesgo de los anteriores, es exprimir cada euro dedicado a gastos fijos. Para ello, los consumidores fraccionan pagos, cambian de proveedor de energía u operador de telefonía hasta encontrar el que les ofrece el mejor precio. Esa ha sido la estrategia de Verónica Esteban (42 años, Burguillos de Toledo), acostumbrada a cuidar cada gasto al detalle por sufrir una hipoteca abusiva. “Hemos cambiado de compañía telefónica hasta encontrar la más barata. Ahora pago unos 10 euros al mes, en vez de los 30 que me costaba antes”, explica esta toledana, “cansada” de que 80 euros de compras solo le sirvan para “dos bolsas en el supermercado, cuando antes llenaba el carro”.

Daniel Rodríguez (33 años, Villalbilla, Madrid) también ha revisado sus cuentas para contener el golpe de la inflación. “Tenía una hipoteca variable, pero he cambiado a una fija. Me decidí cuando vi que en junio me subieron la cuota a 768 euros al mes, cuando antes pagaba 706″. Acudió a su banco en verano y le ofrecieron un 1,5% de interés con vinculaciones (es decir, contratar con la misma entidad un seguro de alarma, hogar, vida y domiciliación de nómina), por lo que la cuota fija es de 788 euros, un 11,6%. más que en diciembre de 2021. “Si no llego a moverme, el propio banco me avisó que en la próxima revisión pagaría unos 850. Y creo que se quedaron cortos: se habrían superado los 900”, explica.

Rodríguez firmó su hipoteca en 2018, por lo que ahora paga principalmente intereses. Por lo tanto, un aumento en las tasas de interés (desde septiembre son 1,25%) aumenta mucho su cuota mensual. Sin embargo, para hipotecas más amortizadas (firmadas hace 10 o 20 años), aunque sean de tipo variable, el efecto de la subida del Euribor no será tan severo.

Asociaciones como Asufin o Adicae catalogan como una avalancha” el flujo de clientes de hipotecas variables que intentan cambiar a tipo fijo. En la práctica, fuentes bancarias aseguran que el cambio no es tan notorio, ya que para el las hipotecas fijas empiezan a ofrecer tipos elevados, en torno al 3%. Desde otra entidad financiera apuntan que la mayoría de los nuevos clientes llevan años optando por la hipoteca fija porque los propios bancos fomentan esta opción. Como los intereses han estado al 0% entre marzo de 2016 y julio de este año, a las entidades les pareció más interesante el tipo fijo.

La inflación ha terminado de disparar la preferencia por las hipotecas fijas, de modo que en julio alcanzaron su máximo histórico, según la serie del INE: el 73% de los nuevos contratos no están sujetos a variaciones del Euribor. En el mismo mes de hace 10 años, solo el 7,8% de las hipotecas nuevas eran fijas, frente al 92,2% de las hipotecas variables.

Este periódico se ha puesto en contacto con la principal patronal bancaria para participar en este reportaje, la Asociación Española de Banca (AEB), quien se ha negado a comentar. El sector está en plena negociación con el Gobierno para cerrar un paquete de ayudas para los hipotecados más vulnerables. Así, el Ejecutivo espera contener el impacto de la subida de tipos en los préstamos: un préstamo medio (137.921 euros a pagar en 24 años, según datos del INE de 2021) con interés Euribor más un punto se encarecerá en unos 180 euros por mes, alrededor de un 35% más. “Espero que pronto se aprueben las ayudas para clientes vulnerables en caso de que aumente la morosidad”, dijo el jueves María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter.

La caída del consumo es quizás la señal más evidente y relevante de que las familias buscan combatir la inflación. Y es la antesala de más decisiones. El estudio monitor de consumo Investigación de CaixaBank señala que la actividad de tarjetas de esta entidad creció un 12% en el tercer trimestre respecto al mismo periodo de 2019, una subida más débil que la del segundo trimestre (13%). “Debido a que la inflación ha ido en aumento, estos datos apuntan a un debilitamiento del consumo en términos reales en el tercer trimestre con respecto al anterior. Esta misma dinámica también se observa en los indicadores oficiales de ventas minoristas y ventas internas de grandes empresas con cifras disponibles para los meses de julio y agosto”, señala el informe.

Moreno, la mujer que hacía cola en el autobús de IMV en Alcalá, lo resume en una frase: “Si no corto donde puedo, no llego a fin de mes”.

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