“Hay gente que pesa poco y es obesa”

Isidoro Cano, jefe del servicio de Encocrinología del Hospital de León, uno de los más valorados del centro hospitalario en el ranking de Hospitales y Servicios Clínicos con mejor reputación de España en 2022, según el Monitor de Reputación Sanitaria (MRS), da la vuelta el concepto de obesidad que popularmente asocia esta enfermedad con el sobrepeso para advertir que “no todas las personas que pesan poco están exentas de obesidad”. La diferencia no está solo en la acumulación de grasa sino también en dónde se encuentra. El mayor riesgo está en el abdomen. “Si la grasa se acumula en el segmento superior del cuerpo, hay mayor riesgo cardiovascular. La grasa del abdomen se infiltra en órganos como el páncreas, el hígado o el corazón, y tiene un mayor impacto en algunos individuos.

Tras el confinamiento por la pandemia del coronavirus, otra epidemia golpea los hospitales. A las consultas de endocrino llegan ya un 20% más de pacientes que en 2019. «En consultas externas, el aumento de solicitudes por parte de los médicos de Atención Primaria fue del 9,8% en 2021 y del 20,1% en lo que llevamos en el año 2022. Todo ello con respecto a la promedio de los años 2015 a 2019”, aclara Cano.

“El confinamiento hizo que bajara la actividad física, pero también aumentó la ingesta de alimentos por la ansiedad, con más consumo de grasas y bollería. Recuerden que los supermercados se quedaron sin ropa”.

Pero, ¿y cuando hay obesidad? Cuando el Índice de Masa Corporal (IMC) es superior a 30 (peso en kilogramos/talla en metros cuadrados). Un IMC entre 25 y 30 se considera sobrepeso y un valor entre 18,5-25,0 como peso normal. “Sin embargo, la obesidad es un exceso de grasa corporal que no se refleja bien en el IMC. El IMC es un parámetro indirecto para cuantificar la cantidad de grasa corporal, es muy útil en estudios epidemiológicos, pero su precisión es limitada en la valoración individual.

no todo es peso

Isidoro Cano advierte de que aunque la gran mayoría de personas con un IMC superior a 30 tienen exceso de grasa corporal y por encima de un IMC 35 prácticamente el 100%, “también hay personas con valores de IMC entre 20-30 que presentan un valor superior al deseable adiposidad, se considera que un valor del 30% de grasa corporal en mujeres y superior al 24% en hombres ya es un exceso de grasa corporal, es por ello que debemos considerar que no es lo mismo tener un exceso de grasa en la superior del cuerpo que en el inferior. La acumulación de grasa en el segmento superior se relaciona con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Por el contrario, la acumulación de grasa en la zona glúteofemoral tiene un menor riesgo metabólico».

La complejidad de la relación entre la obesidad y el riesgo cardiovascular no se limita únicamente a estos parámetros. También es importante definir en qué órganos se acumula la grasa, es decir, si puede afectar al hígado, páncreas, corazón o riñón. “Hay diferentes patrones de distribución que dependen de las características individuales y también presentan diferentes riesgos para la salud. Más que el IMC, importa el % de grasa corporal, en qué zona del cuerpo predomina y qué patrón de distribución entre órganos presenta».

La obesidad, evaluada por el IMC, está aumentando “a un ritmo vertiginoso” en cualquier sociedad. Las causas son diversas y son más complejas que la simple consideración de una ingesta calórica excesiva (diferencia entre ingesta y gasto energético) aunque es la base fundamental del exceso de peso. “Los alimentos con alta densidad calórica, ricos en grasas saturadas y carbohidratos refinados, combinados con patrones alimentarios alterados, son los causantes del exceso de aporte calórico. Por otro lado, el sedentarismo o el uso de sistemas digitales en niños y adolescentes en detrimento de su tiempo de actividad física son la otra parte de la ecuación.

El confinamiento por la pandemia del coronavirus ha fomentado tanto el consumo excesivo de calorías como una menor actividad física. “Además, el aumento significativo de los trastornos de la conducta alimentaria relacionados con el uso de las redes sociales es de especial importancia en los adolescentes. Hemos visto en nuestro medio un aumento de más del 100% de los casos de anorexia restrictiva en este segmento de la población.

Pero este aumento de pacientes obesos puede ser aún mayor, ya que solo una parte de los afectados llegan al Hospital León. “En adultos hemos observado un aumento de consultas por obesidad en el sistema público, pero eso no refleja ni remotamente la realidad ya que la mayoría de estas patologías se tratan de forma privada. Por eso, indicar que en las consultas derivadas de Atención Primaria hemos tenido un incremento del 13% no es decir nada.

La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) realizó una encuesta en mayo junio de 2020, “quizás demasiado pronto para percibir la magnitud del problema”, que indica que el 44% de los sujetos encuestados engordó, con un rango entre 1- 3kg para el 73% de la población. Las causas estimadas en el estudio varían según la edad. Para los mayores de 65 años, el sedentarismo es el principal factor y para los jóvenes, patrones alimentarios irregulares: meriendas, mayor número de comidas al día, consumo de alcohol y repostería. «Llama la atención que a pesar de no hacer ejercicio físico, los encuestados declaran haber sentido más hambre. Como causas de este hecho, se atribuye a la mayor ansiedad y aburrimiento experimentado durante el confinamiento.

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*