Castilla y León está dando pasos firmes en su proceso de transición energética, como demuestran los datos de energías renovables que aumentan cada año. Una de las tecnologías más consolidadas y con mucho peso en la Comunidad es la eólica, donde es líder nacional en potencia y generación eléctrica, pero existen otras más novedosas que buscan posicionarse en el mercado ante la constante subida del precio de la energía. Un claro ejemplo es la solar fotovoltaica, con una potencia instalada de esta tecnología que se ha disparado un 31 por ciento en lo que va de año. No en vano, ha incorporado más de 300 megavatios, pasando de los 1.032 MW registrados a finales de 2021 a 1.352. Así, la Junta ha registrado 12.000 solicitudes de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico entre enero y septiembre.
Los datos de Red Eléctrica Española (REE), consultados por la Agencia Ical, confirman que el incremento registrado en Castilla y León de la potencia solar fotovoltaica instalada en lo que va de año casi duplica el registrado a nivel nacional, donde la subida se ha mantenido en 17,3 por ciento. En el conjunto de España la potencia ha pasado de 15.288 a 17.936 megavatios, aunque la evolución en los últimos años ha sido exponencial. Y es que la potencia entre 2015 y 2018 rondó los 4.700 MW. A partir de 2019, con el cambio de regulación, aumentó un 83 por ciento, hasta los 8.755 y alcanzó los 11.685 MW en 2020. En el caso de la Comunidad, el mayor salto se produjo entre 2018 (498 MW) y 2019 (807 MW), en Además de lo que va de año, aunque aún queda mucho camino para la eólica (6.545 megavatios) y la hidráulica (4.398 megavatios).
Este impulso ha permitido que la producción eléctrica de energía solar fotovoltaica aumente un 33 por ciento en 2021, hasta los 1,4 millones de megavatios hora. Entre enero y mayo de este año la producción ha alcanzado los 726.934 MWh, un 31,5 por ciento más que la registrada en el mismo período de 2021.
El auge del autoconsumo fotovoltaico en Castilla y León ha provocado un aluvión de solicitudes registradas por la Junta. No en vano, entre enero y mediados de septiembre se han registrado en el Ministerio de Economía y Hacienda 12.000 solicitudes de instalaciones de autoconsumo y almacenamiento de energía, lo que supondría, si todos los casos salieran adelante, la puesta en marcha de 384 , 6 nuevos kilovatios de potencia instalados en tejados de la Comunidad y una capacidad de almacenamiento de 21,4 kWh. La subvención solicitada alcanza a día de hoy los cien millones de euros con inversiones inducidas que superarían los 300 millones, según los datos facilitados a la Agencia Ical.
El aumento de la instalación de energía eléctrica en autoconsumo fotovoltaico muestra el potencial de un sector. No en vano, el año 2021 cerró con 59,7 megavatios de energía fotovoltaica para autoconsumo, cifra que rondará el centenar a finales de este año.
La Junta de Castilla y León prevé un incremento en la instalación de capacidad de energías renovables en torno a los 3.000 megavatios para los próximos cuatro años. La Consejería de Economía y Hacienda, a través del Ente Regional de Energía de Castilla y León (EREN), impulsa el desarrollo del autoconsumo fotovoltaico con la convocatoria de subvenciones por importe de 38,2 millones de euros para impulsar la implantación de instalaciones de autoconsumo energético y almacenamiento detrás del contador, así como para la renovación de sistemas de climatización con renovables.
Tres programas están destinados a fomentar el autoconsumo y el almacenamiento en el sector servicios (5,2 millones), la industria y el sector agropecuario (11,9 millones) y el almacenamiento en instalaciones de autoconsumo existentes en los diferentes sectores económicos (2,6 millones) .
Estas líneas de ayuda, gracias a los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, tendrán una duración hasta diciembre de 2023 y permitirán instalar hasta 45,1 megavatios de nueva generación renovable en Castilla y León (autoconsumo de electricidad y energía térmica ) y una capacidad de almacenamiento de 14,6 megavatios hora.
Gran potencial
El sector es consciente de que la energía fotovoltaica tiene mucho potencial. Industrial Engineering Solutions (SII) es una empresa vallisoletana que opera en energías renovables, especialmente fotovoltaica, desde 2005 pero que en los últimos dos años ha visto la gran demanda de las industrias para poner en marcha proyectos de autoconsumo. “Antes teníamos que salir a vender y ahora nos vienen a buscar”, dijo a Ical uno de los socios, Gerardo Conrado Choya.
La demanda de instalaciones fotovoltaicas se debe, en su opinión, al incremento del precio de la energía, especialmente la electricidad y el gas, y al descenso del coste de este tipo de tecnologías. Hasta el punto de que aseguró que una instalación media se amortiza entre cuatro y seis años.
Con 17 años de experiencia, la compañía se ha posicionado en el sector de las energías renovables, especialmente enfocada a las instalaciones solares fotovoltaicas, con la creación de parques solares y para autoconsumo, especialmente en industrias. Pese a ello, reconoció el “boom” existente de la energía fotovoltaica en viviendas residenciales y comunidades de vecinos. A su juicio, esta situación ha provocado que “cualquier” instalador electricista que “nunca” se haya dedicado a esto y haya visto un negocio en el autoconsumo para pequeñas instalaciones que no requieren proyectos ni trámites complejos. Eso sí, reconoció que el sector ha sufrido varios “ataques” con los cambios normativos.
En el mismo sentido se pronunció la delegada de la Unión Española Fotovoltaica (Unef) en Castilla y León, Amaya Gómez, recordando que hasta hace tres años España era el único país con un impuesto al sol, algo que se suprimió con un real decreto en 2019, que permitió legalmente el autoconsumo. Y que reconoció que la tecnología fotovoltaica es la que tiene menor costo de generación, además de estar en pruebas. “Es una realidad ya que es la forma más rápida de ahorrar en la factura de la luz”, añadió. Lo explicó con el ejemplo de un dueño de casa con un consumo normal. Antes tardaba en amortizar la instalación entre seis o siete años pero, en la actualidad, con la subida de los costes energéticos, ese plazo se ha reducido a sólo tres, en una instalación con una vida útil de 30 años.
El también director comercial del grupo Braux en Castilla y León reconoció que los primeros en apostar por la fotovoltaica fueron los grandes consumidores de energía como las industrias y los sectores primario y agrícola, aunque en el último año se ha producido un aumento de la demanda de instalaciones a nivel doméstico. “Todo el mundo se ha dado cuenta de que es la forma más fácil de ahorrar”, dijo.
SII opera básicamente en Castilla y León, la Comunidad de Madrid y Andalucía, donde tiene oficinas abiertas. Especialmente importante es su presencia en la zona del Corredor del Henares, donde han instalado instalaciones para Amazon y Norton, entre otras, así como para otras grandes empresas. Pero también son clientes la mayoría de las grandes fábricas de diferentes sectores y bodegas de la Comunidad, que son grandes consumidoras de energía. “Actualmente estamos en estas empresas con segundas y terceras ampliaciones de actuaciones realizadas hace años que, ahora, repiten. Buscan maximizar el aprovechamiento de una instalación solar”, ha señalado Choya. “La crisis energética no se resolverá a corto plazo, por lo que habrá un boom de este tipo de instalaciones y la gente optará por la fotovoltaica para reducir su factura”, vaticina.
Señaló que casi ninguna gran industria opta por el almacenamiento de energía, por lo que optan por el autoconsumo instantáneo sin acumulación. No en vano, señaló que hoy en día la tecnología es bastante costosa, por lo que no es muy rentable implementar este tipo de sistemas. “Es bastante difícil entrar si no tienes ayuda o fondos de Next Generation por los altos precios”, agregó. Otra cosa son los proyectos de exportación para que los clientes puedan rentabilizar sus excedentes al vender energía al mercado, hasta el punto de que optan por dimensionar las instalaciones fotovoltaicas y convertirse en una fuente más de ingresos. “Hay empresas que pueden obtener abonos mensuales entre 10.000 y 20.000 euros sólo por venta de energía”, asevera.
Falta de personal calificado
Su empresa está a un ritmo de instalación de energía fotovoltaica de entre diez y doce megavatios anuales y no puede aumentar esa cifra por la imposibilidad “material”. “No hacemos más instalaciones al año porque tenemos un volumen de obra contratado a dos o tres años”, precisó. Y esto se debe a que la empresa no encuentra personal cualificado para poder hacer más instalaciones con la plantilla actual, que asciende a una treintena de trabajadores entre contratos y subcontratas. La oficina técnica del SII está integrada por cinco ingenieros, a los que se suman oficiales y obreros de primera y tercera categoría.
En ese sentido, Gerardo Conrado Choya lamentó que entre los jóvenes no haya vocación para ser instalador eléctrico a pesar de que es un trabajo “francamente” bien remunerado. Citó el salario de un oficial de primera clase que puede ganar 2.500 euros.
procesamiento lento
En cuanto a la burocracia para llevar a cabo los proyectos, el socio de Industrial Engineering Solutions no dudó en calificar todo el proceso de “infierno”. No en vano, significaba que dependen de muchas fincas para cumplir con la legalización y se concatena toda la tramitación. Al punto que la realización de un proceso de exportación demora al menos un año. “Es muy complejo y engorroso ya que intervienen los servicios territoriales de Industria, la Dirección General y Red Eléctrica Española”, ha dicho.
Choya citó el “atasco” del Servicio Territorial de Industria para la tramitación de un proyecto entre cuatro o cinco meses y luego hay que ir a otras estancias. “Hay parques solares en las provincias de Zamora y Segovia que llevan más de dos años terminados y no funcionan por falta de permisos o estados de tramitación eternos”, ha lamentado.
El delegado regional de Unef reconoció que la tramitación es “compleja”, por lo que la “avalancha” de solicitudes está con un “cuello de botella”. “Sabemos que la Junta ha aumentado el personal para la tramitación pero la gran demanda de proyectos provoca retrasos”, explicó. Precisó que un proyecto con más de cien kilovatios de venta a la red puede demorar un año en un momento en que el sector necesita “agilidad” y “facilidades”, ya que actualmente hay muchos proyectos grandes en marcha. No en vano, Amaya Gómez recordó que Castilla y León es una comunidad con “muchos” puntos favorables, con una media de 2.500 horas de sol al año y suelo disponible en zona rural, que no es agrícola.
Leave a Reply