La nueva prohibición comercial de Estados Unidos sobre los chips chinos tendrá efectos globales en las cadenas de suministro

Esta semana ha sido complicada para las empresas de semiconductores. Especialmente para los chinos, después de los Estados Unidos. ha impuesto restricciones comerciales entre su industria de chips y la del país asiático. Las caídas comenzaron el viernes en Wall Street y, desde entonces, continúan también en Hong Kong.

El golpe al sector en su conjunto ha sido $ 240 mil millones en valor de mercado, de acuerdo a Bloomberg. Un derrumbe que se ha producido en apenas tres días, desde que la administración estadounidense limitará las exportaciones de inteligencia artificial y chips de supercomputación a China, además de restringir las ventas de equipos industriales y agregar nuevas empresas de la industria a la lista de empresas no autorizadas.

Es un golpe para su rival, pero también es un golpe para industria mundial, cuyos ingresos anuales se situarán en 661.000 millones de dólares a finales de 2022, un 13,7% más interanual, según la firma de análisis International Data Corporation (IDC), en su último informe sectorial (es decir, sin tener en cuenta ‘las nuevas reglas del juego’).

Algunos ejemplos de las repercusiones que ya se están produciendo en el mercado se encuentran en Nvidia o AMD, dos firmas americanas. El primero acumula una caída del 11,4% en dos sesiones y, el segundo, del 15%. En las empresas chinas, las pérdidas también son abrumadoras, 24,2% para Microelectrónica de Shanghai Fudan, un desenfoque de casi una quinta parte de su valor en tan solo dos días. y 8,5% para Corporación Internacional de Fabricación de Semiconductores (SMIC). Y esos son solo cuatro ejemplos de toda la industria.

“China va a responder. Va a tomar represalias y, aparte de eso, va a aumentar el apoyo a sus empresas”, apuntan desde Bernstein en un comentario a Bloomberg. el gol de america es frenar el crecimiento del país asiático en el sector de los microchips, mientras su industria gana terreno.

Golpe para China y para Asia

Este último veto estadounidense coincide con el inicio de la campaña de resultados. Se espera el tercer trimestre no será bueno para la industria, por lo que las ventas se acumularán a las ya realizadas. Por ejemplo, Samsung, que es el líder del mercado, ha anticipado una caída interanual del 31,6% en su beneficio operativo debido a la menor demanda de chips para ordenadores y móviles. El surcoreano ahora enfrenta desafíos adicionales, ya que las relaciones comerciales entre los eternos rivales cambian, pero esto salpicará a terceros.

Otra consecuencia es el acceso a nuevos equipos, que será mucho más limitado. SMIC va a crecer un 50% menos hasta 2023 respecto a lo previsto antes de las restricciones, según Bloomberg. Eso se debe a que la maquinaria que necesitará para fabricar microchips de próxima generación depende, en parte, de de las exportaciones de equipos estadounidenses.

En ese sentido, todo firmas chinas que venden materiales de producción se van a ver muy afectados, ya que también Depende de las piezas de EE. UU. Los esfuerzos de localización de China estarán en riesgo ya que es posible que su industria no pueda utilizar algunas de las instalaciones más avanzadas en Taiwán o Corea del Sur, advierte Nomura, y califica la situación como un “retroceso” para Beijing.

El país asiático tendrá menos capacidad para desarrollar semiconductores, supercomputadoras, sistemas de vigilancia o armas avanzadas. Y no solo eso, las restricciones afectará a otros sectores que utilizan chips, como la electrónica de consumo, los electrodomésticos, la automoción y cualquier objeto inteligente, en definitiva.

Golpe a la industria global

En cualquier caso, las repercusiones no solo afectarán a China u otras regiones asiáticas que tienen vínculos entre ellas, sino que las consecuencias serán para toda la industria. Citigroup advierte en un comentario a Bloomberg qué “Las expectativas a largo plazo del sector en su conjunto están dañadas”. Entre ellos, los de empresas americanascuyo cliente es China y abastecen y venden a empresas de ese país.

Las nuevas complicaciones se suman a las que ya tiene el sector, por lo que la recuperación de la cadena de suministro tardará más en resolverse. El tipo de demanda en esta industria no es estable como en otros sectores, sino que tiene momentos de auges y caídas, lo que ha provocado y provoca las constantes perturbaciones.

IDC explica que la crisis de los semiconductores Afecta no tanto a los propios fabricantes como a las industrias que dependen de ellos. Por ejemplo, cualquier empresa de coches puede tener a su alcance todos los materiales y montaje que si falta una sola viruta no se puede terminar el vehículo. Y todo esto se extiende a las empresas cuyos productos o servicios dependen de los microchips.

Además, la firma de análisis explica que la solidez que había mostrado hasta ahora la industria de semiconductores en electrónica de consumo, para teléfonos móviles y otros dispositivos, se va a ver mermada por el difícil contexto macroeconómico y, principalmente, por el menor consumo. A esos vientos en contra hay que sumar todas las dificultades comerciales derivados de las últimas medidas estadounidenses. Los problemas no serán solo para China, sino para toda la industria, incluida la estadounidense.

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