los primer intento de la humanidad para desviar un asteroide ha tenido éxito, según han confirmado hoy los responsables de la misión DART, liderada por la agencia espacial estadounidense (NASA). La pequeña sonda robótica que chocó con Dimorfo A unos 11 millones de kilómetros de la Tierra, ha conseguido cambiar considerablemente su rumbo, según han afirmado varios científicos del proyecto en una rueda de prensa celebrada hoy en Washington.
“El equipo ha confirmado que la órbita de Dimorphs se ha acortado en 32 minutos”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson. “Este es un momento decisivo para la defensa planetaria y un momento decisivo para la humanidad”, agregó Nelson. Giorgio Saccoccia, presidente de la Agencia Espacial Italiana, que aportó el satélite LICIACube que registró el antes y el después de la colisión, explicó: “Esto es algo de lo que estar orgulloso como proyecto internacional”. Tras este proyecto “podemos decir que estamos algo más a salvo de peligrosos asteroides”, añadió.
El 27 de septiembre, la sonda DARDO —del tamaño de una nevera y con una masa de unos 600 kilos— chocó con Dimorfo, un asteroide unas 10 millones de veces más grande. Fue el primer ensayo general con el que la Oficina de Protección Planetaria de la NASA quiere aprender a desviar futuros asteroides de más de 140 metros de diámetro, que podrían destruir una ciudad entera si impactan contra nuestro planeta.
La misión ha sido un éxito rotundo, ya que ha conseguido ralentizar a Dimorfo considerablemente. Este cuerpo de 160 metros de diámetro fue elegido porque orbita como una luna alrededor de Didymus, otro asteroide con un diámetro de 780 metros. En condiciones normales, Dimorpho completaba una órbita alrededor de su compañero cada 11 horas y 55 minutos. Tras impactar de frente ya unos 22.000 kilómetros por hora contra su objetivo, DART redujo ese tiempo en 32 minutos. Esto significa que Dimorfo también se ha acercado a su hermano por unos 35 metros. El año pasado, el equipo científico determinó que si DART bajaba la órbita de Dimorph 73 segundos o másla misión ya sería un éxito, aunque la esperanza era ralentizarla unos 10 minutos.
Tom Statler, científico jefe de DART de la NASA, ha dicho que el equipo continuará trabajando para aprender más sobre la composición del asteroide y los efectos del impacto para comenzar a diseñar un sistema de defensa planetaria en toda la Tierra.
Actualmente, se han descubierto el 95% de todos los asteroides de más de un kilómetro de diámetro; capaz de provocar una catástrofe planetaria similar a la que provocó la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años. Los cuerpos de más de 140 metros como el de Dimorfo son mucho más preocupantes, pues solo se ha localizado el 40%. En 2017, la NASA decidió gastar alrededor de 325 millones de euros para hacer realidad la misión DART. Con él, querían perfeccionar los modelos informáticos actuales para que en el futuro la humanidad pueda enfrentarse a rocas peligrosas golpeándolas con una sonda hecha a medida.
La colisión de esta pequeña sonda ocurrió el 26 de septiembre y fue seguida casi directamente desde la Tierra. Las últimas imágenes enviadas por las cámaras DART antes de chocar contra Dimorfo revelaron que su superficie era muy irregular y rocosa. Esto parecía indicar que este cuerpo es lo que los astrofísicos llaman “una pila de escombros”; una masa de rocas y polvo con poca densidad. Esto implicaba que, a pesar de su pequeño tamaño, el impacto levantaría una nube de material que debería poder ser observada por decenas de telescopios terrestres que siguieron la evolución del choque. Y asi fue.
como un cometa
Dos días después del impacto, el telescopio SOAR de Chile apuntó a Dimorfo y confirmó que el impacto lo había transformado en una especie de cometa. La estela de polvo levantada por el impacto formó una cola de unos 10.000 kilómetros de largo, lo que confirma que el asteroide es muy escaso.
René Duffard, investigador del Instituto Andaluz de Astrofísica y colaborador científico de DART, explica: “Dimorfo es como una piscina de bolas unidas por la gravedad”. “El impacto ha creado una onda sísmica en todo el asteroide, que se ha comportado más como un fluido que como una roca sólida; por eso se ha formado esa cola enorme”, detalla. Según las observaciones del equipo científico, esta cola está hecha únicamente de polvo, sin rastros de agua, lo que la diferencia de los cometas.
El éxito de DART es el primer paso hacia un sistema de protección planetaria. Los datos recogidos por la sonda y por su compañera LICIACube, un pequeño satélite que presenció los momentos previos y posteriores al impacto, así como todas las observaciones de telescopios terrestresayudará a refinar los modelos que simulan posibles impactos según el tipo de asteroide.
En 2026, la sonda Hera de la Agencia Espacial Europea llegará al sistema Dimorpho-Didimus para medir con precisión la masa, composición y estructura interna de estos dos asteroides y realizar una reconstrucción tridimensional detallada del cráter dejado por DART. El siguiente paso sería tener ya un modelo fiable capaz de determinar qué tipo de sonda podría desviar un futuro asteroide amenazante en función de su tamaño y masa y el tiempo disponible. antes de que golpee la Tierra. En 2026, EE.UU. tiene previsto lanzar al espacio el telescopio NEO, que hará un catálogo de asteroides y cometas de más de 140 metros de diámetro. Este instrumento tendrá visión infrarroja, lo que permitirá detectar cuerpos que se aproximan desde la dirección del Sol, difíciles de localizar por los telescopios convencionales.
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