¿Es la existencia de una ‘boy band’ cuyos integrantes ya van camino de los cincuenta? A muchachos del callejón se les propuso hace años sacar a los ‘chicos’ y quédate en la calle secundariapero dijeron nanay, porque esa era su marca y su talismány ahí están, lanzando discos regeneradores y llenando pabellones como en su época dorada: 18.000 fans (sold out) les agasajaron este jueves en su regreso al Palau Sant Jordi, escenario de sus triunfos más épicos, a finales de los 90.
Escenario desnudo (con sus pasarelas y su video), solo envuelto en una red de ‘leds‘, porque no había objeto más interesante que ellos mismos: ídolos de las quinceañeras de ayer, replicando las remotas rutinas coreográficas con dinamismo meritorio y haciendo gala de sus voces, que en su día se encargaron de resaltar para conjurar el ‘efecto Milli Vanilli’. La gracia de los Backstreet Boys es que siguen siendo los mismos, los cinco, y con ello transmiten un mensaje de cohesión y resistencia a través del tiempo.
pop actualizado
La campaña ‘DNA’ (el álbum que lanzaron en 2019) ha refrescado su carrera, y la realizaron con cierto cuidado, deslizando la inquietud por mantenerse al día con sus tramas r’n’b y ricas pistas electrónicas. Estaba el ‘groove’ oscuro de ‘New love’, inyectado en un fuegos artificiales de bienvenida con guiños a viejos hitos con la marca del sueco Max Martin (hay que ver a qué suena la Britney Spears de 1999 ‘The call’), con punto final para la sentida balada ‘Show me the mean of Feeling Lone’ y sus voces en contienda rompiendo corazones. Todo ello, todo hay que decirlo, sin músicos sobre el escenario, ni tras bambalinas. ¿Escándalo? El pop y el ‘entretenimiento’ también pueden ser eso.
Operar como un grupo de cinco solistas es fenomenal para dosificar esfuerzos. Todos tuvieron su momento mientras sus compañeros jugaban resbaladizos. Howie Dorough aprovechó para practicar el español de su madre puertorriqueña (“gracias a España por su apoyo durante tantos años”) y Nick Carter, ese niño rubio cuyas fotos en ‘Super Pop’ cubrieron tantas carpetas escolares (el más joven del combo, 42), nos recordó que el próximo año, Los Backstreet Boys cumplirán 30 años. “¿30? ‘Mucho tiempo’! ”, exclamaba asombrado, deleitándose con el espectáculo de las gradas llenas y practicando contorsiones lingüísticas: “Te quiero, te quiero, muchos besos”.
calzoncillos en el aire
Aunque el concierto no fue corto (una treintena de canciones, dos horas), fluyó sin caídas flagrantes de tensión. Hubo un poco de comedia: AJ McLean y Kevin Richardson (el senior, 51), cambiándose de ropa detrás de un biombo y arrojando su ropa interior a la chica electrificada del ‘Círculo Dorado’, camino al medio tiempo ‘Quit playing games (with my heart )’.
Pero el efecto conquistador de los backstreet boys funcionó, sobre todo, con todo el quinteto, y en las secuencias con pureza vocal, exhibiendo finura armónica en ‘As long as you love me’ y, más aún, en ese nuevo número llamado ‘Breathe’, compartido ‘a cappella’. Mucha complicidad en el ambiente, promesas a corazón abierto (“Los Backstreet Boys durarán para siempre”) y una estela de emotiva celebración del camino recorrido: ‘No place’ estuvo acompañada de imágenes que mostraban a los cantantes con sus parejas e hijos.
Golpes en cascada
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Los Backstreet Boys habrán sido un fenómeno adolescente, ese artefacto generador de prejuicios, pero su lista de ‘éxitos’ para la historia es tan impecable como la de otras figuras pop más respetadas. ‘I’ll never break your heart’, que abordaron en gran medida en su versión española, suavizaron las gradas, y ‘Everybody (Backstreet’s back)’ y ‘We’ve got it goin’ on’, de nuevo, con la permiso de Max Martin (y Denniz Pop), resonaron con vistosa sensualidad, con sus voces conmovedoras y sus coros imperiales, camino de un desenlace que incluyó ‘I want it that way’ y ‘Larger tan life’.
Entonces sí, es razonable, y factible, seguir siendo una ‘boy band’ a los 40, y a los 50, y estirar la fantasía pop mientras las condiciones lo permitan, el material se regenera y el público sigue ahí para reservarse tal Aullidos sinceros como la primera vez.
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