La película era la misma de casi siempre. Y Real Zaragoza pulcra y pulcra durante la primera parte y otra desvencijada, frágil y blanda como un flan tras recibir el primer bofetón. La transformación abominable ya cansa porque insiste. Un gol vuelve a desarmar por completo a un equipo aragonés que competía en Granada, sí, pero para rato. Hasta que besó la lona. Posteriormente, como en tantos otros partidos, pudo salir goleado. El subidón que esperaba Carcedo fue otro mínimo.
El Zaragoza en la primera parte fue un equipo serio, como le gusta a su entrenador. Organizado, solidario en las ayudas e intenso en la presión en la zona media, el conjunto aragonés afrontó el partido como una larga lucha en la que el trabajo de desgaste del rival es vital. Sin que giuliano en Francés en un once en el que Gueye actuó como una referencia ofensiva con Rojizofinalmente por dentro, como conexión más cercana, el Zaragoza logró incomodar a un Granada que a duras penas logró meterse en las inmediaciones de Cristian más allá de un centro lateral de Peso a la que puertas No llegó por justo el inicio del choque.
Zaragoza estaba cómodo. Grau y Molina se impusieron a base de dinamismo y buen posicionamiento Mensajero y bodiger con la ayuda de un Bermejo que combinó su apoyo en defensa con intentos de llegada. Suyo fue un disparo lejano que se fue muy alto poco antes de que el aragonés protestara por un posible penalti de quini sobre Larra que ni el árbitro de campo ni el de la sala VOR contemplaron.
El Granada sudó mucho para llegar a las bandas, aunque en una de sus escasas llegadas por la banda, Uzuni estuvo cerca de batir a Cristian con un disparo envenenado. El meta respondió a la amenaza con el éxito habitual.
Rápido en la retirada y disciplinado en el trabajo, el Zaragoza frenaba bien las transiciones de los locales, aunque Ricard encontró espacio entre abadejo y Fuentes para encontrar el Callejón, que solo la estirada de Cristian apartó de abrir el marcador.
Pero el Zaragoza no apartó la mirada de los ojos de su robusto adversario. Bermejo, muy activo, selló un desnivel de Gueye con un control de cabeza antes de asentar el balón en la bota izquierda e intentar un disparo que se estrelló en el poste izquierdo de Raúl ante la desesperación de los zaragozanos.
El encuentro había entrado en una fase de alternativas en la que el Granada parecía sentirse más cómodo. Puertas, aprovechando la desesperada quietud de la defensa aragonesa, se topó con Cristian, que después también le negó el gol a Ricard justo antes del descanso.
Adiós
El paso por el vestuario fue letal. Bermejo se había quedado en la ducha a consecuencia de unas molestias físicas que provocaron la entrada de un Vada que pasaría el partido de puntillas sin dar sentido a un fútbol indescifrable.
Pero lo peor estaba aún por llegar. Antes de los tres primeros minutos, el Granada se encontró con un gol afortunado que acabaría siendo definitivo. Un despeje al centro de Fran Gámez (otra que va a peor), lo aprovechó Quini para intentar un tiro errático que se fue a rubio a pocos metros de cristian. El central, en solitario, superó al portero y puso por delante al Granada ante el malestar del Zaragoza, que, como es habitual, se quedó casi inerte por el manotazo.
A partir de ahí, caos. Lluís López Estaba a punto de marcar su propio gol cuando intentaba despejar un centro desde la derecha de bodiger poco antes de que Rubio volviera a batir a Cristian en un gol anulado por fuera de juego. Zaragoza estaba muerta.
Con Giuliano ya en el campo en sustitución de Gueye, el Zaragoza tenía complejos ante un conjunto granadino al que solo Cristian podía mirar. El argentino salvó el gol al desbaratar un disparo de Callejón tras la enésima pérdida de Grau, un jugador que ejemplifica a la perfección el derrumbe del Zaragoza tras el primer golpe.
Giuliano, el único con sangre en el ojo, aprovechó uno de los pocos espacios que dejaba la defensa nazarí, ya apoyada por tres centrales, para batir a Raúl, pero su rodilla estaba algo más adelantada que Víctor Díaz y Zaragoza se quedó con las ganas.
Uzuni y Jorge Molina tuvieron la sentencia poco antes de que Mollejo acariciara el empate con un disparo cercano, pero el Zaragoza, tierno y blando, se fue al córner a llorar.
Granada: Raúl Fernández; Ricard, Rubio, Víctor Díaz, Quini (Pepe, m.49); Bodiger, Meseguer; Antonio Puertas (Rochina, m.89), Melendo (Ignatius Miquel, m.70), Uzuni (Jorge Molina, m.70); y Alley (Bryan, m.89).
Zaragoza: Christian Álvarez; Fran Gámez, Luis López, Jair, Gabi; Manu Molina, Jaume (Zapato, m.82); Larrazabal (Mollejo, m.67), Bermejo (Vada, m.46), Puche (Luna, m.67); y Gueye (Giuliano, m.54).
Gol: 1-0, m.47: Miguel Rubio.
Árbitro: Francés González (C. Canario). Mostró cartulina amarilla a los locales Bodiger (m.39), Uzuni (m.69), Meseguer (m.77), Víctor Díaz (m.84), Jorge Molina (m.96) y el técnico Aitor Karanka (m.96). ). 64); y al visitante Lluis López (m.96).
Incidencias: Partido correspondiente a la duodécima jornada de LaLiga Santander disputado en el Estadio Nuevo Los Cármenes ante 15.259 espectadores, según cifras oficiales.
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