Tras 56 años siendo uno de los motores de la economía alavesa, el director general de Michelin Vitoria, César Moñux, analiza en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el “complejo” escenario económico, teniendo presente su reto de “entregar esta planta al próxima generación” y sin olvidar que de sus decisiones depende que 16.000 familias “sigan disfrutando de la muy buena calidad de vida en Vitoria”.
Michelin lleva ocho meses soportando el panorama incierto y desde septiembre ha comenzado un mayor ritmo en la desactivación de equipos y turnos de trabajo, alcanzando los 597.000 neumáticos de turismo y las 1.100 toneladas en obra civil.
Si repasamos el año, en el primer trimestre utilizamos nuestro calendario variable, desactivando cuatro días para tratar el conflicto de Ucrania y la crisis del transporte. En verano no activamos algunas sesiones y desactivamos otras cuatro. En septiembre se vuelven a desactivar cuatro días y es cuando se le empieza a dar más publicidad, porque además de esos días ya prevemos el contexto que tenemos. Este es un año especialmente complejo, que podemos afrontar gracias a la flexibilidad de nuestro calendario variable acordado con la parte social.
Esta semana se han confirmado las desactivaciones de noviembre y se prevé algo similar para el último mes del año.
El neumático de turismo en noviembre parará todos los sábados y domingos. El sector de obras públicas e infraestructura también va a parar los fines de semana y es el sector minero el que aguanta. Todavía no hemos terminado de compartir las previsiones para diciembre. Estamos afinando, pero las perspectivas no son de un cambio favorable en diciembre. Es de esperar que haya otras desactivaciones.
La crisis de abastecimiento, la falta de suministro por parte de los proveedores y los paros de las empresas automovilísticas han confluido en las desactivaciones.
Todo esto es lo que nos está pasando en los últimos años. Sin embargo, Michelin Vitoria no para ahora mismo por falta de materias primas como el caucho. Ese no es nuestro problema actual. Las fábricas de automóviles tienen problemas con los semiconductores, lo que hace que se detengan y nos pidan menos neumáticos de primera. También tenemos neumáticos de repuesto y en el contexto actual, quien quiera cambiarlos puede pensarlo dos veces antes de hacerlo. En infraestructura, las empresas que fabrican vehículos hacen lo propio. En minería lo hemos notado menos y por eso cuando desactivamos no lo hacemos para todos, sino para unos talleres u otros.
Esa herramienta de flexibilidad que tiene Michelin está resultando imprescindible
Ahí es donde entra en juego la estrategia de Michelin. Cuando hay menos trabajo todos trabajamos un poco menos pero lo que no queremos es que afecte la liquidez a fin de mes. Las personas están trabajando menos, pero reciben el mismo salario a fin de mes. Lo que estamos haciendo de forma contable es adelantar unos sueldos a cambio de que nos devuelvan esos días en el futuro. Es como una deuda que estamos creando. No se utiliza dinero de fondos públicos para hacer frente a estas caídas. Quienes son responsables y buscan un empleo estable y de calidad hacen que consigamos estos calendarios.
De esta forma, se evita tener que recurrir a medidas como los ERTE.
Esa flexibilidad es fundamental. Nos permite adaptarnos al mercado, porque necesitamos ser competitivos en nuestra producción a corto plazo. Eso significa hacer lo que el cliente necesita cuando lo necesita. También a largo plazo ha demostrado ser una herramienta útil. Ha permitido a Michelin, tranquilamente, desde la pandemia contratar a 400 personas, de las cuales 40 son ingenieros. A mi regreso a la planta de Vitoria, una de cada tres personas lleva menos de ocho años en la empresa. Este calendario, que permite adaptarse a las necesidades del mercado, ha permitido crear empleo estable y de calidad. Cuando alguien entra en Michelin lo hace para quedarse y de él dependerá que siga o no.
Esa flexibilidad ronda el máximo de 30 días. ¿Hay margen para no agotarlo con las desactivaciones que habrá que aplicar en diciembre?
Este mecanismo tiene un aspecto que permite, dependiendo de la carga esperada para el año, determinar cuánto se abrirá. Viene a ser unos 333 días. Ese es el punto de partida y luego toca afrontar lo que pase en el año. Existe la posibilidad de activar 20 días, nunca sin superar los 354 días, y también contempla desactivar 30 días o mejor dicho, abaratar el calendario de apertura en esa cifra. Si hemos desactivado 23, quedan otros siete.
¿La producción final va a estar por debajo de la previsión inicial de 10,3 millones?
Hablando de neumáticos touring, hemos desactivado en total más de un millón de neumáticos. Para diciembre las perspectivas tampoco son buenas, sin llegar a situaciones difíciles como la que me tocó vivir en la grave crisis de 2009. En neumáticos de turismo produciremos un 10% menos que el año pasado. Eso lo vamos a hacer un 10% menos de lo esperado, que fue algo más que en 2021. Íbamos a hacer algo más que el año pasado, pero al final bajamos respecto a 2021. No bajamos a las cifras de 2020 , pero casi.
¿Y en ingeniería civil?
Hubo una bajada brutal, del 20%, en el año 2020. El año pasado conseguimos subir un 10% y en el presente aspiramos a subir ese otro 10%, que no subiremos y nos quedaremos en torno al 3%. o 4%. Entre una cosa y otra, la caída más fuerte del turismo y la obra civil, estaremos en torno a un 2% o un 3% por debajo en volumen de producción respecto al año pasado, cuando 2022 fue un ejercicio para hacer más que el anterior y acercarnos al cifras de 2019.
El porcentaje es una cifra pequeña por la que no lo van a conseguir.
Es un resultado que no está alineado con nuestras ambiciones. Una fábrica de neumáticos para automóviles, para ser competitiva, debe intentar llevarla a órdenes de magnitud lo más cercana posible a su capacidad total. De lo contrario, nos hace perder competitividad frente a otros productos. Bajando en torno a ese 3%, sabiendo que en turismo hemos hecho un 10% menos de lo esperado, a falta de ajustar diciembre, y en obra civil, que andábamos muy cortos queríamos subir y hemos subido un poco, no es una catástrofe. Esperábamos hacer algo más, pero para ello hemos tenido que desactivar más de veinte días laborables, en un calendario inicial de 323 días en turismo y similar en obra pública. En minería no nos hemos desactivado, al contrario, por la demanda que ha habido de llantas para ese sector.
Con las incertidumbres actuales, ¿es posible hacer una predicción sobre cómo será 2023 para Michelin Vitoria?
Este año iba a ser de 10,3 millones y bajaremos un 10%. Esto proviene de las fuertes caídas en la segunda mitad debido al contexto de la guerra en Ucrania que se prolonga más de lo esperado, la inflación alta y persistente, junto con las incertidumbres de la gobernabilidad en Europa. Este contexto de incertidumbre es lo que nos está llevando a cuestionarnos las decisiones. El contexto de 2023 no es fácil. Yo agregaría algo más, y es que las crisis no están siendo consecutivas, sino que se superponen y superponen.
En este solapamiento de crisis parece que nada puede empeorar.
Me gusta tomar las cosas en perspectiva y nunca se puede decir que algo no puede empeorar. Me definen como una persona optimista preparada para lo peor. Soy optimista porque no olvido mis orígenes y no olvido cómo vivían mis abuelos. Es un contexto complejo y fértil para que la gente venga a dar soluciones rápidas y fáciles a problemas difíciles.
Es hora de remar todos juntos en la misma dirección.
Las personas responsables tenemos que tomar conciencia y decir que son problemas complejos y para superarlos entre todos tenemos que hacer un esfuerzo para salir. Todas las noches, cuando dejo mi teléfono en la mesita de noche, me preocupa que no haya un accidente en Michelin debido a los valores de la empresa. En segundo lugar, no ponga un producto en el mercado con un problema. Para eso trabajamos. Mi verdadera preocupación es que esta fábrica seguirá fabricando neumáticos dentro de diez años. No hay tarea más noble que entregar esta planta a la próxima generación. Es lo que me mantiene despierto por la noche, así que voy a trabajar duro y para qué estoy aquí. Durante 56 años han sido miles las personas que han dejado su trabajo aquí, desde directivos hasta operarios que han sentido Michelin y me han hecho estar aquí hoy. Lo mejor es pasar esto a la siguiente generación. En este difícil contexto, sólo siendo responsables y conscientes de nuestra responsabilidad seremos capaces de hacerlo. 16.000 familias dependen de nuestras decisiones. Cuando vengo todos los días a la fábrica sé que tengo que tomar decisiones para que 16.000 familias puedan seguir disfrutando de la muy buena calidad de vida que tenemos en Vitoria.
¿Cómo manejas esa presión sabiendo el alto número de familias que dependen de tus decisiones?
Es una gran responsabilidad ya la vez algo ilusionante, que me hace sentir orgullosa de que hayan pensado en mí para esto. Es tomar conciencia de lo que hay que hacer, tener serenidad para afrontar las situaciones difíciles, crear un clima de confianza para que cada uno sea capaz de decir lo que piensa, aunque no piense lo mismo que uno. También es ser consciente de tener que sembrar esa cultura económica de cuidar a nuestra gente y resultados para seguir dando beneficios, ya que de lo contrario no tendremos futuro. Además, todo ello hay que hacerlo de forma responsable con el entorno en el que vivimos.
Planificación ya 2023, es hora de especificar la cantidad de días hábiles. ¿Diferirá mucho la cifra final de los 323 de este año?
Tenemos que hablarlo con la parte social. El calendario de apertura era 323 y hemos desactivado 23. Aún tenemos que afinarlo, pero la expectativa es que será un año en el que nos gustaría tener más volumen de producción. Michelin es una multinacional y tenemos un volumen de producción que hay que distribuir. Esta distribución se hace demostrando que somos buenos en calidad, seguridad y competitividad.
¿Cómo se llega a esa competitividad?
El primer eje es saber hacer lo que nos piden. Si yo soy capaz de hacer solo llantas touring de 14, 15 y 16 pulgadas y ahora lo que se vende son 18, 19 y 20 pulgadas, no me va a llegar nada. Lo primero es tener una fábrica adaptada a lo que se necesita y luego tener una buena robotización, automatización, digitalización y la mejor metodología. Finalmente, algo que no se puede copiar. Las habilidades de las personas, tanto en el oficio como en la actitud. Estos cuatro ejes son esenciales para obtener resultados. Competitividad es una palabra denostada por muchos, pero muy fácil de entender cuando la ves. Es continuar o no continuar.
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