Muy a menudo, nuestros desayunos comienzan con (o consisten principalmente en) un café. Sin embargo, es una bebida intensa que afecta el bienestar gástrico de algunos. Esto ha generado cierta duda sobre si es buena idea tomar café en ayunas o si es mejor acompañarlo siempre.
Empieza el día.
España consume casi 200 millones de kilogramos de café al año de casi 10 mil millones de kg que se toman en el mundo según la Organización Internacional del Café. Gran parte de este consumo lo hacemos para empezar el día. El café es un elemento casi omnipresente en los desayunos, y también es habitual que el café sea lo primero que entra en nuestro estómago por la mañana. Tampoco es raro que un café sea lo único que consumimos hasta bien entrada la mañana.
Por la intensidad de su sabor o su nivel de acidez, el café puede enfermar a muchas personas en las primeras horas de la mañana, lo que lleva a muchas personas a considerar que puede ser una buena idea acompañar su consumo de otros alimentos para “ablandarlo”. su llegada a nuestro cuerpo.
Sin embargo, el efecto de este producto con el estómago vacío puede que no sea tan negativo para la población en general y, como es habitual, podemos encontrar beneficios y perjuicios de esta forma de consumo.
Una bebida diferente.
El café es una de las sustancias estimulantes mas consumido en el mundo. Como tal, tiene características que lo distinguen de muchas otras bebidas y alimentos. El efecto estimulante del café es precisamente la razón por la que esta bebida es popular para el desayuno.
El efecto estimulante del café se debe a su contenido en cafeína. Este contenido varía mucho dependiendo de la preparación del café. De mediauna taza de café de 250 ml tendrá alrededor de 100 miligramos de cafeína.
Nuestro cuerpo se acostumbra para bien y para mal. Un estudio publicado en la revista Medicina Psicosomática descubrió que el café podía elevar los niveles de cortisol, pero solo en los participantes que habían consumido cafeína la semana anterior.
Saludable, con algún pero.
El efecto estimulante del café ha hecho que muchos sospechen del daño potencial para la salud del corazón. Hoy la ciencia se basa en la idea de que el café no dañino por la salud de nuestro corazón.
Es más, una revisión reciente de los estudios realizados sobre los efectos del café en la salud observaron que, en general, los beneficios del consumo de café superan los posibles perjuicios, no solo en cuanto a la salud cardiovascular, entre los posibles beneficios también se encuentra un probabilidad reducida de desarrollar diabetes.
Algunos de los aparentes problemas observados desaparecían si se tomaba en cuenta el tabaco al hacer los cálculos. El principal riesgo asociado al consumo de café ocurrió durante el embarazo, asociándose su consumo, por ejemplo, con un menor peso al nacer.
La cantidad correcta.
Los estudios científicos sobre el consumo de café se basan generalmente en usos moderados de esta bebida. Pero pasarnos con la “dosis” de café nos puede dar un susto. Para un adulto saludable, el máximo recomendado es alrededor 400 mg por día, el equivalente aproximado de cuatro trazas o un litro de café. Los efectos no deseados del consumo excesivo de cafeína incluyen dolor de cabeza, insomnio, nerviosismo, palpitaciones, irritabilidad y temblores musculares, entre otros.
Durante el embarazo es recomendable limitar el consumo de cafeína a 200 mg al día, mientras que en adolescentes el máximo recomendado es de 100 mg. Además, ciertos medicamentos como la efedrina o la equinácea pueden interactuar con la cafeína en nuestro cuerpo causando más efectos no deseados.
Tan importante como la cantidad que consumimos es el tiempo que lo hacemos. La cafeína puede permanecer en nuestro organismo durante 6 o 7 horas, por lo que consumirla en determinados momentos de la tarde puede afectar a nuestro sueño nocturno.
Cada persona, un mundo.
Más allá de los problemas de salud a largo plazo, es importante saber cómo nos hace sentir el café. No todos los estómagos reaccionan de la misma manera al café. De acuerdo a explica la Sociedad Americana de Endoscopia Gastrointestinal, el café relaja la válvula que controla la entrada de ácidos a nuestro estómago. Esto, acompañado de la acidez típica de la bebida, puede generar inconveniencia.
Molestias como estas afectan a cada individuo de manera diferente e incluso pueden estar asociadas con otras afecciones, como el síndrome del intestino irritable. Muy a menudo escuchar nuestro cuerpo es el mejor consejo. A veces también, algo tan simple como agua potable puede prevenir el aumento de la acidez.
Algo similar sucede fuera de nuestro estómago. El efecto estimulante puede ser excesivo en algunas personas cuando beben café con el estómago vacío. Como en el caso de la acidez estomacal, este problema no afecta a todos por igual, pero es fácil de identificar.
No reemplaza las horas de sueño.
Hay una circunstancia en la que puede ser buena idea desayunar antes del café, y es, curiosamente, cuando no hemos dormido bien. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Bath, en el Reino Unido, encontró que consumir café después de una noche de sueño fragmentado tenía efectos nocivos en la capacidad de los participantes para metabolizar adecuadamente los azúcares.
Este podría tener efectos negativos en áreas de la salud donde el café es beneficioso como la diabetes y la salud cardiovascular. El estudio también observó que estos problemas de metabolismo no ocurrían en aquellos que habían comido algo en el desayuno antes de consumir el café.
Esperar tiene sus ventajas.
Aunque los daños de tomar café con el estómago vacío son limitados, los beneficios de no hacerlo pueden hacernos cambiar de opinión. Por ejemplo si tenemos en cuenta cómo nuestro cuerpo absorbe la cafeína.
El café se absorbe rápidamente en nuestro organismo, más aún si no lo acompañamos. La comida nos puede ayudar a retrasar un poco el efecto del café. El “pico” que genera la cafeína llega entre un cuarto de hora y dos horas después de consumir café. Podemos aprovechar y controlar mejor este pico si retrasamos un poco el consumo de café.
El café es, en general, una bebida beneficiosa. Cómo lo tomemos depende más de nuestra experiencia que de nuestra salud, aunque todo siempre depende de nuestras propias circunstancias.
Imagen | Devin Avery
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