personas con Enfermedad celíaca o intolerancia a la lactosa saben muy bien lo que significa seguir una dieta de exclusión, lo que implica dedicar un tiempo valioso a elegir los alimentos más adecuados y, en muchos casos, pagar un precio muy superior por estos productos. Pero ni siquiera se plantean hacer otra cosa porque tienen un diagnóstico médico y saben que la única forma de sentirse bien y evitar problemas mayores es eliminando de su dieta lo que no toleran.
Sin embargo, en los últimos tiempos ha sido extendido moda de seguir dietas de exclusión por iniciativa propia -sin haber recibido un diagnóstico médico de alergia o intolerancia- y sin el consejo de ningún profesional de la salud. Esto implica sustituir unos alimentos por otros y asumir ciertos riesgos para la salud, por no hablar del desembolso innecesario de dinero.
El informe Tendencia de exclusión alimentaria en la población española, realizado por la Academia Española de Nutrición y Dietética en colaboración con la Fundación Mapfre, acaba de desvelar que se trata de una costumbre muy extendida. Elaborado con una muestra de más de 3.000 personas, este estudio estima que El 25% de los españoles sigue una dieta sin lactosa y el 64% la extiende a su núcleo familiar. Y ello a pesar de que no estaría justificado desde el punto de vista médico en el 61% de los casos.
Algo similar sucede con el gluten: El 8% de los encuestados declara realizar una dieta libre de gluten y el 70% lo extiende a sus familias. Sin embargo, esta exclusión no tendría justificación científica en el 72% de los casos.
La lactosa y el gluten son los dos componentes que con mayor frecuencia se excluyenpero también hay mucha gente que prescinde, en mayor o menor medida, de la carbohidratos (dieta cetogénica y otras), de alimentos de origen animal (dietas flexitariano, vegetariano o vegano) y otras materias primas o nutrientes.
Giuseppe Russolillopresidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética, expone las conclusiones más sorprendentes del informe: “La gente tiende a autodiagnosticarse una intolerancia o un problema con la dieta y eliminar o excluir alimentos o nutrientes de su dieta que podrían ser importantes”. Pero lo que más llama la atención a su juicio es que estos elementos eliminados “los sustituyan por otro tipo de alimentos que, sin un control profesional, con el tiempo podrían contribuir a perjudicar su salud”. En este sentido, el experto recuerda que, “Si sospechas de alguna enfermedad o síntoma o si tienes alguna duda de que un alimento nos puede estar haciendo sentir mal, debes acudir al médicoquien realizará tanto una valoración clínica como las pruebas complementarias necesarias para establecer el diagnóstico y, si se requiere un tratamiento dietético individualizado, contactará con un dietista-nutricionista o un especialista en endocrinología y nutrición”.
Razones para excluir el gluten o la lactosa
El principal motivo que lleva a excluir el gluten, la lactosa u otros elementos de la dieta es la salud: quienes dejan de consumirlos consideran que no son saludables. Además, puede darse el caso de que, tras el cambio, en algunos casos se sientan mejor, pero si realmente no tienen una intolerancia u otra enfermedad, lo que puede estar pasando es que, por ejemplo, hayan sustituido esos alimentos por frutas, verduras, productos integrales u otros productos saludables. Pero el problema sigue ahí: no ha habido diagnóstico médico ni consejo nutricional, por lo que a la larga pueden surgir carencias nutricionales.
Cabe señalar que también se realiza, aunque en menor medida, el autodiagnóstico y la autoprescripción de una dieta de exclusión. por la convicción de que padecen enfermedades infecciosas intestinalesotras intolerancias o sensibilidades alimentarias, fatiga cronica o enfermedad de Crohnentre otros.
En segundo lugar, convicciones personales o adherencia a un estilo de vida unos están detrás del amplio seguimiento de las dietas de tipo flexitariano, caracterizadas por un bajo consumo de carne, pero primando las blancas y magras (7% de los encuestados); vegetariano, que excluye carne y pescado, pero puede permitir lácteos y huevos (4%); y vegano, que no admite ningún alimento de origen animal (0,8%).
Deficiencias y riesgos nutricionales
Según el informe de la Academia Española de Nutrición y Dietética, en general, la preocupación por eliminar de la dieta los alimentos considerados menos beneficiosos para la salud Afecta principalmente a mujeres y población de mediana edad.que suelen estar más concienciados con el cuidado de su alimentación y estado físico.
Sin embargo, la preocupación no siempre es la mejor consejera. Sin un diagnóstico adecuado y un buen control, y especialmente cuando no existe una adecuada educación nutricional, las dietas autoprescritas pueden puede implicar riesgos, incluidos los siguientes::
Dieta sin gluten o baja en gluten
Seguir una dieta sin gluten sin un diagnóstico y seguimiento adecuado podría conducir a una menor ingesta de fibra y vitaminas D, B12 y folatoasí como ciertos minerales (hierro, zinc, magnesio y fútbol). Por otro lado, puede conducir a un mayor consumo de Grasas saturadas y parcialmente hidrogenado.
dieta sin lactosa
Realizar una dieta de eliminación de lactosa sin diagnóstico de intolerancia total o parcial podría aumentar el riesgo de una ingesta inadecuada de calciolo que repercute negativamente en la salud general y, en particular, en la salud ósea, ya que aumenta el riesgo de osteoporosis a medio plazo y de fracturas óseas a largo plazo.
Asimismo, Russolillo advierte que algunos de las bebidas vegetales que a menudo se beben para reemplazar la leche pueden contener mucha azúcar. “Hay que mirar bien las etiquetas”, aconseja.
Dieta vegetariana y vegana
La deficiencia de vitamina B12 (que se encuentra en productos de origen animal) puede causar problemas de leves a moderadoscomo cansancio, debilidad o pérdida temporal de la memoria. Pero en algunos casos puede llevar a problemas más serios, como anemia megaloblástica, trastornos neurológicos, depresión o demencia. Por ello, desde la Academia Española de Nutrición aconsejan a quienes siguen una dieta vegetariana o vegana que tener en cuenta la necesidad de suplementar vitamina B12 y recibir un adecuado asesoramiento dietético nutricional para evitar otras carencias.
Conceptos erróneos sobre los aditivos
El informe revela que, en términos generales, la población tiene claro el perfil de alimentos menos saludables: ultraprocesadobollería industrial, alimentos ricos en azúcar, dulces, refrescos… Sin embargo, Es común poner aditivos en la misma bolsa que productos supuestamente poco saludables.cuando en realidad, según Russolillo, “son sustancias que se utilizan para mantener la seguridad alimentaria y, por tanto, proteger nuestra salud”.
Los aditivos se pueden definir como sSustancias que no se consumen como alimento ni se utilizan como ingredientes y cuya adición a los productos alimenticios tiene una finalidad tecnológica. Se utilizan como colorantes, espesantes, antioxidantes o estabilizantes. y en la etiqueta se nombran mediante un código formado por la letra E seguida de tres cifras (E330, E228…).
Leave a Reply