‘Otoño’ (2022), crítica: Un thriller de supervivencia que no baja la tensión ni el vértigo pese a sus histriónicos protagonistas

Necesitamos hablar sobre la forma en que Hollywood retrata a las chicas jóvenes, especialmente cuando están escritas por hombres de cuarenta y tantos años. A falta de referentes reales, estos personajes tienden al histrionismo, decisiones absurdas y diálogos imposibles que se quedan con el absurdo de un slasher en la que somos conscientes de que van a acabar muriendo a machetazos, pero no en una película en la que, supuestamente, tenemos que anhelar su supervivencia.

Este es el mayor problema de ‘Otoño’, una película que, apretando los tornillos adecuados, podría haber sido sobresaliente.

Me gusta y suscríbete

Hay que tener cierto toque para hacer una película como ‘Otoño’, que se ejecuta casi en su totalidad en solo dos metros cuadrados, no te canses y mantén la tensión. Eso sí, influye que esos dos metros cuadrados sean una plataforma en lo alto de una torre de televisión de 600 metros de altura de la que no tienen forma de bajar. La tensión aumenta constante y persistentemente, aunque a veces llega a la autoparodia involuntaria (los paletos que los ven desde la caravana) y falta un tono mas adulto que da lugar a reacciones más orgánicas y realistas.

Y es que aguantar a Becky y Hunter más de 90 minutos puede resultar duro: son tan sosas que poner todo el peso de una película tan supuestamente emocionante como esta puede costar un poco. Si vas a poner a alguien en una situación límite y probar mil trucos para sacarlo de ahí durante una hora, asegúrese de que su personalidad sea atractiva o al menos va más allá de “Su marido murió” y “Es Youtuber y está loca”.

Otoño

Sin embargo, las secuencias funcionan, los giros (bueno, uno de los dos) logran sorprender si no has estado muy atento y acaba siendo una pelicula mas que decente con planos espectaculares no apto para personas con vértigo y algunas soluciones de guión de gran alcance. Es difícil hacer que una historia como esta se sienta tan natural, y aunque tiene esas escenas en las que un espectador experimentado deduce que son un cebo para recoger más tarde, nunca se atasca: ‘Fall’, incluso en sus peores momentos, siempre sabe cómo seguir adelante sin dejar de entretenery, dadas las circunstancias, es un mérito.

Que yo no tengo la culpa de verte caer

Estoy bastante seguro de que ha habido un tratamiento de esta historia que empezaba y acababa con las dos chicas encima, sin necesidad de contarle al espectador cómo llegaron allí: hubiera sido una película mejor. La media hora inicial que da contexto a la película se vuelve tediosa y aburrida, principalmente porque ni al propio guión ni al director le interesa lo que cuentay lo piensa demasiado por el viaje de un héroe que, francamente, no importa en absoluto.

Película de otoño

‘Caída’, eso sí, acaba dando lo que ofrece: emociones a 600 metros de altura, supervivencia extrema y giros argumentales entre la sorpresa y el engaño. También es una prueba de que para hacer un buen thriller no se necesitan disparos, explosiones y tramas criminales complejas: una buena idea vale mucho más que mil escenas clonadas.

Lamentablemente, la película a veces olvida su punto fuerte (la lucha de las dos niñas por escapar de un punto elevado sin escalera) e intenta investigar una trama que ni funciona en sus primeros compases, ni una vez entra en el metraje, con uno de los giros más evidentes y bochornosos del cine actual, muy mal disimulado entre miradas y silencios. Por mucho que lo intentes, el carisma de los personajes tiende a cero: su histrionismo y unidimensionalidad llevan a estas escenas no aumentan la tensión, pero sirven como válvula de escape innecesaria. Si emocionas al espectador hasta un nivel y luego lo dejas caer, debes recogerlo nuevamente desde abajo. Como thriller, ‘Fall’ está en continuo ascenso, pero en las secuencias supuestamente emotivas cae en picado.

Oh, cielos

Dije al principio que ‘Otoño’ podría haber sido más adulto. Y es que, de hecho, lo fue: funcionó bien en los pases con público que Lionsgate decidió estrenarla en cines con la condición de que se quitaran 30 “fucks” mediante una tecnología que automáticamente dobla los tacos y los cambia por unos aceptables, modificando además el movimiento de los labios. Y en el fondo define bien la película: una idea original lastrada por querer convertirla en algo que no es y agradar al público más generalizado.

Cuando la película de Scott Mann tiene claro lo que quiere hacer, es impecable: La lucha por la supervivencia no llega al extremo pero sí ofrece sorpresas en el camino, momentos de dificultad y diversas desgracias que te mantienen, cuanto menos, interesado. Es más: si tan solo hubiera apretado un poco más a los personajes centrándose más en la supervivencia y menos en su vertiente emocional, sin temor a lanzarnos de lleno al cine para adultos, estaríamos ante una película más que destacable.

Al final, ‘Otoño’ pasa con mas gloria que pena por la cartelera. Las imágenes son ciertamente espectaculares, el núcleo argumental es original y se intuye un gran thriller entre escenas un tanto diluido por dos protagonistas a los que el guión maltrata desde la escena inicial, reduciéndolos a tópicos andantes que provocan más apatía que empatía. Habría una gran película aquí si tan solo Habría pensado menos en el público en general. y más en contar una historia de supervivencia extrema que no necesitaba adornos sentimentales.

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*