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La tendencia a pensar demasiado puede afectar la salud emocional, las relaciones y nuestra capacidad para funcionar en el día a día. Descubre algunas claves para frenar esta dinámica.
La mente es una herramienta maravillosa. Nos permite analizar situaciones y resolver problemas, interpretar lo que sucede frente a nosotros y tomar decisiones. Sin embargo, ella debe estar a nuestro servicio y no al revés.. Cuando el ruido mental se descontrola y nos abruma, podemos sufrir altos niveles de estrés y ansiedad. Por lo mismo, queremos ofrecerte algunas pautas para dejar de pensar demasiado.
Esto sucede cuando nos vemos atrapados en un bucle sin fin de pensamientos repetitivos que no nos llevan a ninguna parte. Cuando recordamos un evento del pasado una y otra vez o invertimos demasiada energía mental en anticipar un futuro incierto.
Definitivamente, quien tiende a pensar demasiado tiene problemas para vivir en el presente. Afortunadamente, hay varias formas de corregir esta dinámica.
¿Cómo dejar de pensar demasiado?
Hay ciertos rasgos de personalidad que pueden llevar a algunas personas a pensar demasiado en mayor medida que otros. por ejemplo, el perfeccionismola rigidez cognitiva y la ansiedad nos hacen más propensos a quedarnos atascados en la mente.
Para revertir esta tendencia desde la psicología, existen diferentes enfoques que se pueden seguir. Algunos están más centrados en la aceptación, otros en control pensamientos voluntarios y algunos sobre cómo nos influye el medio ambiente. En cualquier caso, las siguientes recomendaciones pueden ayudar con respecto a lo que nos preocupa.
1. Centrarse en el momento presente
El ruido mental siempre se genera al pensar en el pasado o en el futuro. En realidad, aquí y ahora todo está bien.
De este modo, aprender a anclarse en el presente es una excelente manera de evitar pensar demasiado. los atención plenaPuede ayudar mucho en este objetivo, ya que podemos aplicarlo incluso caminando o realizando nuestras actividades diarias.
No obstante, si sientes que tus pensamientos te abruman, también puedes recurrir a la meditación o implementar alguna técnica de relajación. Esto te ayudará a reducir la activación de tu cuerpo y tu mente.
2. Da la bienvenida a los pensamientos
Cuando nos asaltan ideas que no nos gustan, nuestra primera reacción es resistirlas y luchar para eliminarlas. Sin embargo, con esto solo conseguimos que se amplifiquen y permanezcan.
Recuerda que lo que resistes persiste.
Puede ser más positivo practicar la aceptación sin prejuicios de esos pensamientos.. Déjalos ser, pero no te enganches con ellos ni te identifiques demasiado con ellos. A medida que lo practiques, verás que así como vienen, se van.
3. No te preocupes, cuídate
Incluso si no lo sabe, puede tener una visión positiva de la inquietud. Quizás pienses que al preocuparte estás siendo una persona más responsable, más considerada o más amable. Tal vez pienses que pensando demasiado, encontrarás una solución.
Sin embargo, repetir el mismo proceso de pensamiento una y otra vez no conduce a nuevas soluciones; solo causa sufrimiento. Enfócate en tomar acción real y no mental. Analiza lo que te preocupa e identifica cómo puedes actuar al respecto.
A veces puedes arreglar la situación (por ejemplo, si estás preocupado por un examen, concéntrate en estudiar). En otras ocasiones, solo puedes actuar sobre cómo te sientes (manejando tus emociones). En cualquier caso, toma la acción correspondiente y no te quedes en la mente.
4. Acude a la escritura terapéutica
Se ha demostrado qué escribir es una excelente manera de procesar el equipaje emocional y liberarlo, así como la organización de pensamientos. Por eso, cuando sientas que tu mente no se detiene, toma lápiz y papel y escribe lo que hay dentro de ti.
Al hacerlo te sentirás liberado, podrás ver todo con perspectiva y orden. Esos pensamientos que te atormentaban, de alguna manera, se quedarán en el papel. Por lo tanto, puede continuar con su día.
5. Usa técnicas de distracción
La detención del pensamiento es una técnica sencilla y útil. para dejar de pensar demasiado, especialmente si se combina con técnicas de distracción. Para ello, cuando identifiques que estás iniciando el bucle de pensamientos, grita (en voz alta o mentalmente) “simplemente es”. Esta será la señal para detener la rumiación.
Ahora, centra tu atención en cualquier otro elemento. Puede ser el entorno (describiendo en detalle un objeto que ves) o una actividad mental (por ejemplo, contar hacia atrás de 100 a 0). De esta manera, tendrás redirigir su pensamiento.
6. Aplicar afirmaciones
Una última estrategia que puedes usar son las afirmaciones. Son frases cortas, sencillas y directas que puedes repetirte en los momentos clave, como instrucciones o aliento.
Por ejemplo, “Puedo hacerlo, todo está bien”. Centrarte en estos mantras te ayudará a despegarte de la necesidad de pensar y repasar las mismas ideas una y otra vez.
Deja de pensar demasiado para cuidar tu salud mental
Muchas veces, no somos conscientes del daño que causa pensar demasiado en todo. Es un hábito que hemos adquirido y con el que continuamos.
Sin embargo, puede afectar significativamente nuestro estado emocional, interferir en las relaciones y limitarnos en el día a día. Por eso, es hora de cortar la tendencia, pasar a la acción y calmar la mente. Pruebe los consejos anteriores y comenzará a notar diferencias.
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