ingerir diariamente dos o tres tazas de cafe se traduce en una vida más larga y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular en comparación con las personas que no lo hacen, según un estudio observacional realizado por científicos y médicos australianos.
El Dr. Peter Kistler, del Baker Heart & Diabetes Research Institute en Melbourne, y autor principal de este artículo publicado por el European Journal of Preventive Cardiology, explica que “en este gran estudio observacional, el café molido, instantáneo y descafeinado se asociaron con reducciones equivalentes en la incidencia de enfermedades cardiovasculares y muerte por estas dolencias o por cualquier causa”.
En su opinión, “los resultados sugieren que la consumo ligero a moderado de café molido, instantáneo y descafeinado debe considerarse parte de un estilo de vida saludable”.
Este científico australiano reconoce que hay poca información sobre el impacto de las diferentes preparaciones de esta bebida en la salud y supervivencia de los corazón. Su estudio examinó las asociaciones entre los tipos de café y las arritmias incidentes, las enfermedades cardiovasculares y la muerte utilizando datos del Biobanco del Reino Unido, que reclutó a adultos de 40 a 69 años. Las enfermedades cardiovasculares incluyeron enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca congestiva y accidente cerebrovascular isquémico.
El estudio incluyó un total de 449.563 participantes sin arritmias u otras enfermedades cardiovasculares al inicio. La edad media fue de 58 años y el 55,3% eran mujeres. Los participantes completaron un cuestionario sobre cuántas tazas bebían cada día y si por lo general era instantáneo, molido (como capuchino o café de filtro) o descafeinado.
Reducción de muertes por cualquier causa
Los investigadores agruparon en seis categorías de ingesta diariaque consiste en ninguna, menos de una, una, dos a tres, cuatro a cinco y más de cinco tazas al día.
El tipo habitual de café era instantáneo en 198.062 (44,1%) participantes, molido en 82.575 (18,4%) y descafeinado en 68.416 (15,2%). Hubo 100.510 (22,4%) no usuarios que sirvieron como grupo de comparación.
Asimismo, en este estudio se comparó a los bebedores de café con los no bebedores en cuanto a la incidencia de arritmias, enfermedades cardiovasculares y muerte, luego de ajustar por edad, sexo, origen étnico, obesidad, hipertensión arterial, diabetes, apnea obstructiva del sueño. dormir, fumar y consumir té y alcohol. La información de los resultados se obtuvo de las historias clínicas y de los registros de defunción. El seguimiento medio fue de 12,5 años.
Un total de 27.809 (6,2%) participantes fallecieron durante el seguimiento. Todos los tipos de café se relacionaron con una reducción en la muerte por cualquier causa. La mayor reducción en el riesgo se observó con dos o tres tazas al día, que en comparación con no beber se asoció con un 14 %, 27 % y 11 % menos de probabilidad de muerte para las preparaciones descafeinadas, molidas e instantáneas, respectivamente.
Café, más 100 componentes biológicamente activos
Se diagnosticó enfermedad cardiovascular en 43.173 (9,6 %) participantes durante el seguimiento. Todos los subtipos de café se asociaron con una reducción en la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Una vez más, el riesgo más bajo se observó con dos o tres tazas al día, que en comparación con la abstinencia de café se asoció con una reducción del 6 %, 20 % y 9 % en las probabilidades de enfermedad cardiovascular para el café instantáneo, descafeinado y molido, respectivamente.
Se diagnosticó una arritmia en 30.100 (6,7%) participantes durante el seguimiento. Molido e instantáneo, pero no descafeinado, se asoció con una reducción de las arritmias, incluida la fibrilación auricular. En comparación con los no bebedores, los riesgos más bajos se observaron con cuatro o cinco tazas diarias de café molido y dos o tres tazas diarias de café instantáneo, con una reducción del riesgo del 17 % y el 12 %, respectivamente.
Con todo, el profesor Kistler asegura que “la cafeína es el componente más conocido del café, pero contiene más de 100 componentes biológicamente activos. Es probable que los compuestos sin cafeína fueran los responsables de las relaciones positivas observadas entre el consumo de café, las enfermedades cardiovasculares y la supervivencia. Nuestros hallazgos indican que no se debe desalentar el consumo de cantidades modestas de todo tipo, sino que se puede disfrutar como un comportamiento saludable para el corazón”.
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